Lo estoy deseando cada vez con más fuerza: esconderme en mi cama, entre las sábanas, pálidas como mi piel... Podrías confundirme con una nube o con un algodón, pues al tacto soy igual de blanda que ellas y si tu, solo tu, me tocaras, me desvanecería...
Pero no eres capaz de encontrarme. Soy demasiado intangible, inaccesible... Y tus manos, que pasan a mi alrededor luchando por tocar mi cuerpo, se ciegan ante tanta claridad.
Parece que no me quieres conseguir, que estás ahí para darme ilusiones, entorpecerme en mi camino.
¿Qué pasa? ¿Por qué no te vas? Deja de hacerme sentir que soy reina del aire cuando en realidad soy una más de las que intentas coleccionar en un bote.
El deseo me hará desgarrar mis sábanas, romper todo lo que creé.
¿Gritaréis mi nombre?
Yo sigo sin oír nada.