27/3/12

Un día. Un minuto.

No quiero que seas el que sabe más, no quiero que seas adivino y predictivo con mis pasos e intenciones... Lo que parece normal en mi, en un segundo puede cambiar; que aquello que me ayude un día, al siguiente puede estorbar.
La monotonía no es mi compañera, y la costumbre me abandonó hace mucho. Pero, a la vez, las tengo a mi lado.

Desaparezco porque has creído conocerme.

Nunca me entenderás, ni quiero que ocurra.

21/3/12

Mi ayer, mi hoy.

Eran las 22:37 de la noche.
Te abrí la puerta, cabreada. Las noches son solo para mi... Hace tiempo que perdió la gracia compartirlas con alguien. Y lo sabes. Aun así, insististe en hacerme salir.

En aquel lugar que considero mi escondite, me propusiste escaparnos, lejos. Solo con lo puesto... Pero yo no soy así, yo no vivo al límite. No puedo dejar atrás todo lo que soy y todo lo que tengo. 
No aceptabas un no por respuesta y eso me cabreaba, porque me hacía ver que ibas en serio. Que querías estar conmigo a pesar de todo. 

Hace mucho que dejé de comprender ese sentimiento.

Al final te rendiste, aunque tus entrañas gritaban que deberías seguir insistiendo. 
Estuvimos mirando el cielo en silencio durante lo que para mi fue una eternidad. Es lo que tienen los silencios incómodos. 

Quería volver a casa, sola. Pero sabía que no me ibas a dejar... Así que juntos volvimos a aquel portal en el que a las 22:37 pretendías empezar un cuento de hadas.

Sentada en el borde de mi cama, no paraba de pensar en lo que podría haber sido y lo que jamás será... Porque ya no creo en nada de esto, porque me han hecho ser completamente diferente desengaño tras desengaño. 


12/3/12

El espacio entre los dos es lo que nos mantiene a salvo.

Las horas no pasan, el reloj se ha detenido. Recuerdo la frase que me soltaste aquella víspera de San Juan "cuando estoy a tu lado el tiempo pasa más rápido" ... ¿Qué es lo que va mal en mi?

Me giro y veo que sigues en la cama, a diez centímetros de mi. Sonríes... Pero lo único que deseo es que te marches.
Da igual por mucho que te diga que no, que este no es tu sitio, tú te quedas. Y te echo, cada maldita noche te echo... Pero tu sigues resistiendo.

No quiero compartir nada contigo. Ni uno de mis nervios puede contigo... Pero entonces me abrazas e intentas hacerme ver que todo irá a mejor. No es así. Pienso que todo irá a peor.

Debo saltar al vacío antes de que sea demasiado tarde y en las noches empecemos a hacernos el daño.

Sin ti, el tiempo empieza a avanzar.