Cavando hoyos.

Te mutilas por simbolismo y te marcas por conocimiento.
Prentendes no mirar atrás para no ver al lobo que te persigue. Aun sabiendo que tu corres más rápido, te da miedo que te pueda alcanzar.
Y otra vez, te dejas pillar.
Vuelta a empezar. Simbolismo, conocimientos, optimismo.
Que no tendrás que correr porque matarás al lobo. Pero miras atrás una vez y se te caen las esperanzas llenándote de marcas.

Marcas que necesitas. Pero en realidad no.

¿No te cansas de no rendirte en cosas que ya sabes que no consigues?

Líneas.

Me muevo, salto, piso fuerte. Lo hago bien.
Me voy, llego, me marcho, libre.
Soy piedra fácil de partir. Caigo y rompo.

Una brecha que nadie ve, pero se abre. Se hace grande.
Mil pedazos en el suelo y te preguntas ¿realmente lo hago bien?

Pisas y caes. Te traiciona tu cuerpo. Lo haces fuerte, te haces valiente.

Gritas, lloras. Te confundes.


Melodías lejanas te llegan y recuerdas que tenían razón. Pero harás que cambien.

Tu tendrás razón.

Complicarse.

Hablamos, criticamos, juzgamos. Es más fácil alzar el brazo para señalar a otro.
Hace tiempo que siempre me señalo a mi.
Echar las culpas a los demás es fácil, pero no sé cómo se hace. Solo sé señalarme a mi.