Hay cosas de las que creía que jamás me iba a cansar. Otras, que pensaba que no sería capaz de echar de menos... Pero como otras tantas veces, me he equivocado.
Dicen, que asumirlo es el primer paso... pero para mi, el primer paso, sería perderme en tu taza de café.
Me imagino que, al igual que tu, estaría lleno de azúcar. Seguro que me llegaría a empalagar. Nunca he sido de dulces, pero yo le pondría mi toque salado - aunque a veces amargo.
El segundo - y muy necesario - alejarme de los pequeños demonios; tanto de los que me rodean como de los que viven dentro de mi. Pequeños parásitos que me han ido formando y que, a pesar de todo, siempre me han estado ganando al ajedrez.
Desde que tengo memoria, he sido de pensar en cosas inútiles y no pensar en la jugada maestra.
A veces creo que podría ser una persona normal, y que por no hacer ninguna de estas dos, he caído en un mundo de tinieblas dónde cada día me pregunto si seré capaz de escapar.
Aunque, prácticamente me he acostumbrado a vivir con ello... ¿será por eso que no puedo avanzar?
2 comentarios:
El hecho de aprender a vivir con ello ya es un avance (:
De lo que no me va a dar vergüenza es de decir que hace mucho que no escribes, y seguro que estaría genial de los geniales leerte.
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