Es difícil afrontar un día cuando te has creado una imagen sobre ti misma y te la rompen.
Cada palabra es como un cristal, uno no duele mucho, dos es soportable... Pero cuando acumulas muchos y son imposibles de arrancar, intentar convivir con el dolor de saber que no podrás llegar a ser la persona que veías en un futuro.
Alguien fuerte, alegre, respetada, querida, constante... Una persona con la que no se pueda jugar.
Me siento obligada a renegar de ser quien quiero ser, de afrontar las cosas con una actitud positiva, de querer que me vean como quiero que me vean. Mi problema quizá está en que yo tengo muy claro lo que voy a ser pero no lo muestro porque soy incapaz de cambiar. Por lo tanto, el resto no pueden leerme la mente y descubrirme.
Qué difícil es intentar cambiar.
Hoy brindo por mi y por mis millones de intentos fallidos de ser mejor para mi misma.
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