16/3/16

Quiero ser.

No quiero pasos si no hay camino, ni flores donde desaparecen las vías. Esperar enloquecida y tocar mis propias manos heladas.
Caigo en mil pedazos para ser más fácil de apartar, de romperme si me clavas la mirada diciendo que has mentido.
Sangran las heridas, me encharcan. Dejo rastro con la esperanza de ser salvada y que nunca más me haga lo mismo.

¿Importarán mis pisadas?

Blanco es el cielo que he pintado derritiendo las lágrimas ardientes.
El corazón cálido, siempre.
Mi cabeza detestable mantiene la razón en su dejadez. En el miedo conocido. En cuestionarme.

Me asusto de mi misma, me asusto de los hechos de atrás.


Que nada se repita, nunca, por favor.

1 comentario:

Irene R. dijo...

Yo sólo quiero que se siga repitiendo en bucle, en mi cabeza, porque pasó. Pasó y de qué manera.
Las pisadas siempre importan cuando son hacia adelante.