Se pueden explicar mil cuentos, mil sucesos, mil vivencias…Una palabra no miente ni se esconde. Nosotros dotamos a ese conjunto con esas características.
Una palabra de algo tangible sólo será cierta si hay un hecho detrás capaz de demostrarla. Por si solas, no valen para explicar el porqué del ser humano u otras tantas cosas que el hombre quiere descubrir. Dan simplemente teorías sin base que evolucionaran a otro saber - a veces.
También, las masas suelen ser las que las guían, porque claro está que todo un grupo de personas se puede poner de acuerdo y dar creencias falsas al inocente creyente.
Ellas mismas me han enseñado que no son de fiar. Una palabra tiene mil maneras de interpretarse, al igual que de mal interpretarse.
Eso no quita el hecho de que, igualmente, sean necesarias.
Sirven para escribir: hechos reales, juegos de metáforas, historias falsas (novelas, cuentos…), explicar cosas sin forma… No siempre buscan transmitir, buscan entretener con sus sonidos. No buscan exactitud. No buscan ser ciencia.
No ha de haber dualidad ciencias-letras. Cada cosa tiene su lugar y su momento. Igual de útiles las dos, siendo más fiables las ciencias que las letras al demostrar, siendo mejor las letras que las ciencias para comunicar.
Las palabras se explican a si mismas; y las ciencias, todo lo demás.
2 comentarios:
Curioso. Hoy estuve pensando en algo parecido.
Me gustan estas casualidades :P
Enesimo intento. Te leo !! Soy yo el desaparecido, David.
Siempre con tus reflexiones filosoficas xDDD.
Recuerdos!
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