Mientras mantengo el pie en el escenario, os observo en vuestros pequeños teatrillos callejeros.
No soy actriz con un guión escrito por una quimera. No actúo delante de mis espectadores, aunque estos sobreactúan el amor ante mí.
Lo que sale al escenario no es más que la parte más alegre de mi ser, con grandes dosis de heroína…
Perdón, ironía.
Encarcelo mi parte más seria, tranquila, serena y vieja para mi. Soy una egoísta conmigo misma.
Yo soy mi prisión, la que pone los límites; pero jamás se los pondré al pensamiento. Nunca callaré mi verdad.
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