Se extrañaron al verla llorar. No sabían que podría haber pasado, y no se atrevían a preguntar.
Simplemente, ella las abrazó. Las saludó como si su estado fuera el de siempre y sugirió partir hacia donde debían.
Una de ellas la paró y se atrevió a preguntar si todo iba bien. Ella, con una amplia sonrisa empañada, les respondió: “perfectamente, como siempre.”
Nada, absolutamente nada, es verdad. La vida no es más que un cuento.
2 comentarios:
Muchas veces detrás de nuestros "nada" o nuestros "como siempre" se esconden histrias larguísimas de tristeza. Y somos muy tontos por tratar de esconderlas tras un telón de seguridad cuando hay otros que podrían ayudarnos a soportar nuestra carga.
Muy, muy bueno.
Besazos desde un Madrid nublado.
Lena
avui ja he llegit tres textos relacionats amb que la vida no existeix, i bla bla bla.
a la fi m'ho acabaré creient i tornaré boja per complet!
com va la vida? fa temps que no et veig el pèl pels passadissos. tot correcte?
una abraçada.
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