No me gusta ducharme por las mañanas cuando hace frío.
La temperatura del ambiente mata a mis poros, mata a mi tráquea al coger aire por la boca. Me cuesta respirar.
Al secarme, me vuelvo a poner el pijama. No me apetece vestirme, ni pensar qué me voy a poner para clase...sigo estando en casa.
Ya delante del ordenador, mis brazos desnudos cogen miedo, y se transforman en piel de gallina. Corriendo voy a por una rebeca que los abrace y los calme. El otoño y el invierno les asusta; y el viento helado ya está viviendo prácticamente del todo entre todos nosotros...
...Menos en los corazones de alguna gente.
4 comentarios:
pues este invierno, convirtamos el frío en amor
me ha encantado :) breve, pero especial
Yo que me tengo que duchar ahora cada mañana... Ains, que pereza el ir a clase T_T
Ya has empezado?
¿Y el gusto que da ponerse el pijama y sentir el peso de las mantas en la cama?
Hay muchos corazones que deberían ponerse una bufanda y meter los pies en agua caliente, pero el frío es una especie de escudo. Lo mismo que los brazos desnudos cogen miedo del frío, los corazones desnudos cogen miedo del calor; miedo de poder sentir algo real...Prefieren vivir en la superficie; nunca llegarán al fondo del panal donde está la jalea real, prefieren la sucia miel de las paredes, donde también hay picotazos de las abejas.
"Menos en los corazones de alguna gente" Muy cierto, me ha encantado esa manera de terminar la entrada.
Adorable Irene a la que no consigo reconocer de lejos por motivos miopes.. aiix..(:
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