Quieres ver la pena en su mirada, el arrepentimiento, el dolor de un sufrimiento.
Quieres acariciar su pálida cara, reflejarte en su alma y abrazarla.
Quieres arañarle, dejarle una huella de la que nunca se pueda desprender, y formar parte de él como si de una maldición se tratara.
Quienes besarle y calmarle, decirle que no pasa nada, que el sentimiento es puro.
Quieres que sea tu sombra, un perro fiel, un corazón roto.
Quieres romper la frontera del amor y el odio y crear una vida en la que no sientas, pero que él padezca.
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