Dices que te quedas, que te vas, que la marea es fuerte, pero tu más.
Nadas, no sabes dónde vas, pero dices que llegarás. No hay metas, ni finales, oportunidades, a centenares.
Es que oyes a los peces respirar cuando ahogas a la más grande sirena de este mar.
Y sigues, no paras, miras, avanzas, ¿algo te detiene? No. No tienes prisa.
Dibujas, creas, juegas y ríes ¿de qué? Aquí no hay nadie con quien compartir.
Tu y tu, ellos, aquellos ¿quién?
Los que en negra espesura te atrapan, te absorben y ya. Basta. No sigas.
A carcajadas, contra corriente, pretendes, sí, ahogarte.
12/8/16
11/8/16
Amsterdam: día 5, vuelta a casa.
¿Hoy? ¿Ya? Noooooooooooooooooo, no queremos volveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeer.
Qué tristes nos levantamos ese día, uno: por tener que irnos de este maravilloso lugar; dos: después de estar varios días 24 horas juntos nos da pena "separarnos".
Ese día (era un martes) fuimos a desayunar un poco más temprano de lo habitual, ya que teníamos que dejar la habitación y aprovechar bien el día.
Tras decir adiós muy tristes a nuestra habitación y haber mirado por todo para ver si nos dejábamos algo, salimos del hotel y cogimos metro hacia la Universidad de Medicina para ver el museo Vrolik. Sí, otra vez, porque el sábado cuando intentamos ir estaba cerrado. No podíamos ser tan perfectos (?)
Alucinante, macabro, una pasada. El museo Vrolik es lo más creepy que he visto nunca.
Desde fetos, bebés unidos por alguna parte de su cuerpo, manos, cráneos, cabezas... Impresionante.
Y qué esperar de Willem Vrolik, experto en teratología.
De esto no pondré imágenes porque no es apto para todos los estómagos.
Al salir del museo, ya pusimos rumbo al aeropuerto. Fuimos con bastante tiempo de antelación por si las moscas, y menos mal. Entre encontrar el tren correcto y, una vez al llegar al aeropuerto, encontrar nuestra puerta de control de seguridad, perdimos algo de tiempo.
El aeropuerto es genial, la zona donde esperas a que te digan puerta de embarque etc. es amplia, cómoda, con WiFi gratis y bueno.
Y, pasadas un par de horas, al final llegó la hora de subir al avión y de volver a casa.
Al llegar a Palma fue tan difícil despedirse después de tantos días juntos - aunque nos fuésemos a ver al día siguiente prácticamente - que la morriña era enorme.
¡Ay, Amsterdam! Qué placer ha sido poder conocerte después de tantísimos años queriendo ir, ¡volveremos!
Lo que más me ha gustado de este viaje:
Espero que hayáis disfrutado leyendo nuestro día a día y que os sirva como pequeña guía si tenéis pensado ir. ¡Os encantará!
¡Nos leemos en el próximo viaje!
Qué tristes nos levantamos ese día, uno: por tener que irnos de este maravilloso lugar; dos: después de estar varios días 24 horas juntos nos da pena "separarnos".
Ese día (era un martes) fuimos a desayunar un poco más temprano de lo habitual, ya que teníamos que dejar la habitación y aprovechar bien el día.
Tras decir adiós muy tristes a nuestra habitación y haber mirado por todo para ver si nos dejábamos algo, salimos del hotel y cogimos metro hacia la Universidad de Medicina para ver el museo Vrolik. Sí, otra vez, porque el sábado cuando intentamos ir estaba cerrado. No podíamos ser tan perfectos (?)
Alucinante, macabro, una pasada. El museo Vrolik es lo más creepy que he visto nunca.
Desde fetos, bebés unidos por alguna parte de su cuerpo, manos, cráneos, cabezas... Impresionante.
Y qué esperar de Willem Vrolik, experto en teratología.
De esto no pondré imágenes porque no es apto para todos los estómagos.
¡Había un tobogán y todo! |
El aeropuerto es genial, la zona donde esperas a que te digan puerta de embarque etc. es amplia, cómoda, con WiFi gratis y bueno.
Y, pasadas un par de horas, al final llegó la hora de subir al avión y de volver a casa.
Al llegar a Palma fue tan difícil despedirse después de tantos días juntos - aunque nos fuésemos a ver al día siguiente prácticamente - que la morriña era enorme.
¡Ay, Amsterdam! Qué placer ha sido poder conocerte después de tantísimos años queriendo ir, ¡volveremos!
Lo que más me ha gustado de este viaje:
- Todo todito, y mucho más de lo esperado porque la compañía era insuperable.
- Pagar por ir al baño o que no haya casi baños en los establecimientos/restaurantes.
- ¡Es súper difícil encontrar cerveza!
Espero que hayáis disfrutado leyendo nuestro día a día y que os sirva como pequeña guía si tenéis pensado ir. ¡Os encantará!
¡Nos leemos en el próximo viaje!
Pensamientos de:
Irene
9/8/16
Amsterdam: día 4
Hoy era nuestro último día entero en Amsterdam.
Por la mañana fuimos a NEMO, un museo de ciencia. Está justo al lado de Centraal Station, por lo que se puede ir andando desde ahí (y de camino hay un Starbucks jeje).
Nos gustó mucho, todo era muy guay, de probar mil cosas... Aunque había muchos niños. Malditos. Pero la verdad es que al ser el museo tan grande, no tienes problemas en probar todas las cosas.
En cada planta se trataba un tema diferente, el que más gracia nos hizo fue el de la adolescencia, en el cual había juegos de explotar granos, o exposición de condones... ¡Y una máquina de DDR con canciones koreanas! ¡GRATIS! Todo maravilloso.
Después, hemos ido al centro a comer. Hemos ido al McDonald's y... OH DIOS MÍO eso sí que son hamburguesas de verdad. En Mallorca, por lo menos, las hamburguesas son algo meh, pero en Amsterdam, alucinantes. De haberlo sabido hubiera ido a comer ahí cada día. Aunque, por otra parte hemos flipado de que para ir al baño había que pagar 50 cent a una señora que había en la puerta de los baños. Y esto, por lo visto, es algo normal, a lo largo del viaje nos dimos cuenta de que casi no había baños en ningún lugar de comer. Ni en las pizzerías, ni en los Starbucks... Raro raro. Yo, al final, fui a miccionar a un baño público típico de Amsterdam,con dos cojones el cual, básicamente, se compone de un agujero en el suelo. Huelen que alimentan.
Como ya estábamos por la zona, fuimos de nuevo a la tienda Pandora's para comprarme un charm de recuerdo. Me lo regaló mi novio al final, si es que es más mono asfasdf.
Si os acordáis, también mencioné en la entrada anterior que al lado había una tienda friki. Pues bien, volvimos, eso sí, antes habiendo tomado algo en el Starbucks.
Cómo no, acabamos comprando algo... Mi novio una chaqueta de pikachus y yo una camiseta de Zelda Majora's Mask.
Al salir de la tienda, vimos un Coffee Shop que estaba tranquilito (los de más al centro están llenísimos) Y bueno, nos pedimos uno cada uno y nos sorprendimos de la normalidad del asunto ahí. Como si fueses a comprar mortadela, pero comprando cannabis y derivados. A parte, te los puedes liar tu, o vienen liados, etc. Nosotros los pedimos ya liados, que somos mancos.
Para este día teníamos previsto ir a más sitios de entrada gratuita de la tarjeta, pero como iba a ser el último día que paseáramos tranquilos, nos dedicamos a andar y andar y la verdad, descubrimos sitios muy chulos, como una tienda de regalos muy guays y una librería que era una pasaaaaaaaaaaaaada, con muchas plantas y cosas muy monas de papelería, me lo hubiera comprado todo.
Como ya era de noche, decidimos cenar en algún lado del centro. Acabamos en una pizzeria (New York pizzeria o algo así era el nombre) donde el camarero curiosamente era español. Nos contó que era de Barcelona pero que en verano iba a trabajar ahí.
Las pizzas buenísimas, especialmente una que se llamaba diablo creo.
Hay que destacar que entre semana se está mucho mejor en el centro, no hay tanta gente, se pasea mejor, un ambiente más sano.
Después de dar otro paseo, volvimos al hotel, que había que empezar a preparar la maleta... Jo.
Cosas que me han gustado:
Por la mañana fuimos a NEMO, un museo de ciencia. Está justo al lado de Centraal Station, por lo que se puede ir andando desde ahí (y de camino hay un Starbucks jeje).
Nos gustó mucho, todo era muy guay, de probar mil cosas... Aunque había muchos niños. Malditos. Pero la verdad es que al ser el museo tan grande, no tienes problemas en probar todas las cosas.
En cada planta se trataba un tema diferente, el que más gracia nos hizo fue el de la adolescencia, en el cual había juegos de explotar granos, o exposición de condones... ¡Y una máquina de DDR con canciones koreanas! ¡GRATIS! Todo maravilloso.
Después, hemos ido al centro a comer. Hemos ido al McDonald's y... OH DIOS MÍO eso sí que son hamburguesas de verdad. En Mallorca, por lo menos, las hamburguesas son algo meh, pero en Amsterdam, alucinantes. De haberlo sabido hubiera ido a comer ahí cada día. Aunque, por otra parte hemos flipado de que para ir al baño había que pagar 50 cent a una señora que había en la puerta de los baños. Y esto, por lo visto, es algo normal, a lo largo del viaje nos dimos cuenta de que casi no había baños en ningún lugar de comer. Ni en las pizzerías, ni en los Starbucks... Raro raro. Yo, al final, fui a miccionar a un baño público típico de Amsterdam,
Como ya estábamos por la zona, fuimos de nuevo a la tienda Pandora's para comprarme un charm de recuerdo. Me lo regaló mi novio al final, si es que es más mono asfasdf.
Charm de un molino de AMS |
Si os acordáis, también mencioné en la entrada anterior que al lado había una tienda friki. Pues bien, volvimos, eso sí, antes habiendo tomado algo en el Starbucks.
Cómo no, acabamos comprando algo... Mi novio una chaqueta de pikachus y yo una camiseta de Zelda Majora's Mask.
Al salir de la tienda, vimos un Coffee Shop que estaba tranquilito (los de más al centro están llenísimos) Y bueno, nos pedimos uno cada uno y nos sorprendimos de la normalidad del asunto ahí. Como si fueses a comprar mortadela, pero comprando cannabis y derivados. A parte, te los puedes liar tu, o vienen liados, etc. Nosotros los pedimos ya liados, que somos mancos.
Para este día teníamos previsto ir a más sitios de entrada gratuita de la tarjeta, pero como iba a ser el último día que paseáramos tranquilos, nos dedicamos a andar y andar y la verdad, descubrimos sitios muy chulos, como una tienda de regalos muy guays y una librería que era una pasaaaaaaaaaaaaada, con muchas plantas y cosas muy monas de papelería, me lo hubiera comprado todo.
Como ya era de noche, decidimos cenar en algún lado del centro. Acabamos en una pizzeria (New York pizzeria o algo así era el nombre) donde el camarero curiosamente era español. Nos contó que era de Barcelona pero que en verano iba a trabajar ahí.
Las pizzas buenísimas, especialmente una que se llamaba diablo creo.
Hay que destacar que entre semana se está mucho mejor en el centro, no hay tanta gente, se pasea mejor, un ambiente más sano.
Después de dar otro paseo, volvimos al hotel, que había que empezar a preparar la maleta... Jo.
Cosas que me han gustado:
- La cantidad de tiendas enormes y chulas que hay.
- Las ediciones de los libros son espectaculares
- Pagar para ir al baño, jum.
Pensamientos de:
Irene
2/8/16
Amsterdam: día 3.
Cómo costó levantarse este día, madre mía.
Después de desayunar (sin café) cogimos metro y tranvía hasta el museo de Van Gogh, ¡sin perdernos!
Os recomiendo ir temprano (sobre las 10h y pico había poca gente, pero al irnos estaba lleno).
El museo era enorme, 4 plantas donde te podías pasar bastante rato en cada una de ellas.
A parte de ver los cuadros, había una sala donde te explicaban su vida, de la cordura a la locura y donde remarcan que se cortó la oreja entera - cosa que yo ya sabía de toda la vida, no conocía eso de solo el lóbulo - y que se descubrió hace poco, por lo visto.
Estando en unas de las plantas del museo, al asomarnos por la ventana, vimos que había un mercadillo (plaza de los museos), el cual se hace el tercer domingo del mes. Más suerte imposible. Así que, al salir, fue nuestra siguiente parada.
Había mucha variedad de cosas y muchíiiiiiiiiiisimos puestos de comida y, como no, comimos allí, en un banquito a la sombra.
Con la panza llena y toda la modorra, continuamos la marcha dirección: mercado de las flores.
Nos costó un poco encontrarlo, pero no nos preocupaba demasiado porque fuimos dando un paseo por zonas donde no habíamos ido todavía. Pero ya estábamos hechos unos expertos con los mapas (bueno, para qué mentir, mi novio más que yo) y lo encontramos. Aunque... De mercado de las flores poco, más bien mercado de semillas de tulipanes, souvenirs y plantas carnívoras. A mi me recordó a un mercadillo estilo Pere Garau pero lineal.
Ese día hacía bastante humedad así que fuimos a tomar algo y a sentarnos (porque llevábamos encima ya una buena caminata) a un Starbucks. ¡Café, por fin!
Referente al Starbucks hay que hacer una anotación: el café en Amsterdam es caro, muy caro, y no tenía pinta de muy bueno. El Starbucks era súper barato al lado de las cafeterías y encima rico y con mil variedades. Avisados quedáis, Starbucks ftw.
Tras descansar decidimos volver al hotel porque íbamos cargados de souvenirs hasta las orejas y todavía nos quedaban un par de cosas que hacer y visitar por el centro, y como allí el transporte es tan rápido, en nada y menos volveríamos a estar en el centro.
Así que ya sin trastos, fuimos en busca de una tienda pandora. Estuvimos mucho rato con el gps pero no la encontramos... Y cuando lo hicimos ya estaba cerrando. Peeeeeeeeero justo al lado había una tienda friki, echamos un ojo pero como teníamos que ir a la casa de Anna Frank dijimos de volver al día siguiente con más calma.
Fuimos andando hasta la casa de Anna Frank, estábamos reventados, y para más inri, ¡hora y media de cola de pie!
Aquí os traigo otra recomendación: las entradas se pueden comprar online para ir por la mañana.
En nuestro caso como era lo único que cerraba tarde (porque ahí todo a las 17h o 18h cierra) lo dejamos para tarde.
A las 20:30 pudimos entrar.
La verdad es que te quedas con un sabor agridulce al visitarla - y más teniendo el libro recién leído - pero, por otra parte, está tan modificada, sobre todo la fachada, que no te da la sensación 100% de estar visitándola. Aun así, os recomendamos ir.
Al salir ya fuimos directos al hotel, que era tarde, no vaya ser que nos fuésemos a perder otra alarma de incendio (?)
Cosas que me han gustado:
Después de desayunar (sin café) cogimos metro y tranvía hasta el museo de Van Gogh, ¡sin perdernos!
Os recomiendo ir temprano (sobre las 10h y pico había poca gente, pero al irnos estaba lleno).
El museo era enorme, 4 plantas donde te podías pasar bastante rato en cada una de ellas.
A parte de ver los cuadros, había una sala donde te explicaban su vida, de la cordura a la locura y donde remarcan que se cortó la oreja entera - cosa que yo ya sabía de toda la vida, no conocía eso de solo el lóbulo - y que se descubrió hace poco, por lo visto.
Estando en unas de las plantas del museo, al asomarnos por la ventana, vimos que había un mercadillo (plaza de los museos), el cual se hace el tercer domingo del mes. Más suerte imposible. Así que, al salir, fue nuestra siguiente parada.
Había mucha variedad de cosas y muchíiiiiiiiiiisimos puestos de comida y, como no, comimos allí, en un banquito a la sombra.
Con la panza llena y toda la modorra, continuamos la marcha dirección: mercado de las flores.
Nos costó un poco encontrarlo, pero no nos preocupaba demasiado porque fuimos dando un paseo por zonas donde no habíamos ido todavía. Pero ya estábamos hechos unos expertos con los mapas (bueno, para qué mentir, mi novio más que yo) y lo encontramos. Aunque... De mercado de las flores poco, más bien mercado de semillas de tulipanes, souvenirs y plantas carnívoras. A mi me recordó a un mercadillo estilo Pere Garau pero lineal.
Ese día hacía bastante humedad así que fuimos a tomar algo y a sentarnos (porque llevábamos encima ya una buena caminata) a un Starbucks. ¡Café, por fin!
Referente al Starbucks hay que hacer una anotación: el café en Amsterdam es caro, muy caro, y no tenía pinta de muy bueno. El Starbucks era súper barato al lado de las cafeterías y encima rico y con mil variedades. Avisados quedáis, Starbucks ftw.
Plaza de los museos y mercado de las flores |
Tras descansar decidimos volver al hotel porque íbamos cargados de souvenirs hasta las orejas y todavía nos quedaban un par de cosas que hacer y visitar por el centro, y como allí el transporte es tan rápido, en nada y menos volveríamos a estar en el centro.
Así que ya sin trastos, fuimos en busca de una tienda pandora. Estuvimos mucho rato con el gps pero no la encontramos... Y cuando lo hicimos ya estaba cerrando. Peeeeeeeeero justo al lado había una tienda friki, echamos un ojo pero como teníamos que ir a la casa de Anna Frank dijimos de volver al día siguiente con más calma.
Fuimos andando hasta la casa de Anna Frank, estábamos reventados, y para más inri, ¡hora y media de cola de pie!
Aquí os traigo otra recomendación: las entradas se pueden comprar online para ir por la mañana.
En nuestro caso como era lo único que cerraba tarde (porque ahí todo a las 17h o 18h cierra) lo dejamos para tarde.
A las 20:30 pudimos entrar.
La verdad es que te quedas con un sabor agridulce al visitarla - y más teniendo el libro recién leído - pero, por otra parte, está tan modificada, sobre todo la fachada, que no te da la sensación 100% de estar visitándola. Aun así, os recomendamos ir.
Al salir ya fuimos directos al hotel, que era tarde, no vaya ser que nos fuésemos a perder otra alarma de incendio (?)
Cosas que me han gustado:
- El clima es tan bueno que puedes estar andando horas y horas y no sientes fatiga.
- Descubrir la tienda friki
- Starbucks
- El mercado de las flores me lo esperaba de otra manera
Pensamientos de:
Irene
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