2/8/16

Amsterdam: día 3.

Cómo costó levantarse este día, madre mía.

Después de desayunar (sin café) cogimos metro y tranvía hasta el museo de Van Gogh, ¡sin perdernos!
Os recomiendo ir temprano (sobre las 10h y pico había poca gente, pero al irnos estaba lleno).

 El museo era enorme, 4 plantas donde te podías pasar bastante rato en cada una de ellas.
A parte de ver los cuadros, había una sala donde te explicaban su vida, de la cordura a la locura y donde remarcan que se cortó la oreja entera - cosa que yo ya sabía de toda la vida, no conocía eso de solo el lóbulo - y que se descubrió hace poco, por lo visto.

Estando en unas de las plantas del museo, al asomarnos por la ventana, vimos que había un mercadillo (plaza de los museos), el cual se hace el tercer domingo del mes. Más suerte imposible. Así que, al salir, fue nuestra siguiente parada.
Había mucha variedad de cosas y muchíiiiiiiiiiisimos puestos de comida y, como no, comimos allí, en un banquito a la sombra.

Con la panza llena y toda la modorra, continuamos la marcha dirección: mercado de las flores.
Nos costó un poco encontrarlo, pero no nos preocupaba demasiado porque fuimos dando un paseo por zonas donde no habíamos ido todavía. Pero ya estábamos hechos unos expertos con los mapas (bueno, para qué mentir, mi novio más que yo) y lo encontramos. Aunque... De mercado de las flores poco, más bien mercado de semillas de tulipanes, souvenirs y plantas carnívoras. A mi me recordó a un mercadillo estilo Pere Garau pero lineal.
Ese día hacía bastante humedad así que fuimos a tomar algo y a sentarnos (porque llevábamos encima ya una buena caminata) a un Starbucks. ¡Café, por fin!
Referente al Starbucks hay que hacer una anotación: el café en Amsterdam es caro, muy caro, y no tenía pinta de muy bueno. El Starbucks era súper barato al lado de las cafeterías y encima rico y con mil variedades. Avisados quedáis, Starbucks ftw.

Plaza de los museos y mercado de las flores


Tras descansar decidimos volver al hotel porque íbamos cargados de souvenirs hasta las orejas y todavía nos quedaban un par de cosas que hacer y visitar por el centro, y como allí el transporte es tan rápido, en nada y menos volveríamos a estar en el centro.

Así que ya sin trastos, fuimos en busca de una tienda pandora. Estuvimos mucho rato con el gps pero no la encontramos... Y cuando lo hicimos ya estaba cerrando. Peeeeeeeeero justo al lado había una tienda friki, echamos un ojo pero como teníamos que ir a la casa de Anna Frank dijimos de volver al día siguiente con más calma.

Fuimos andando hasta la casa de Anna Frank, estábamos reventados, y para más inri, ¡hora y media de cola de pie!
Aquí os traigo otra recomendación: las entradas se pueden comprar online para ir por la mañana.
En nuestro caso como era lo único que cerraba tarde (porque ahí todo a las 17h o 18h cierra) lo dejamos para tarde.
A las 20:30 pudimos entrar.
La verdad es que te quedas con un sabor agridulce al visitarla - y más teniendo el libro recién leído - pero, por otra parte, está tan modificada, sobre todo la fachada, que no te da la sensación 100% de estar visitándola. Aun así, os recomendamos ir.

Al salir ya fuimos directos al hotel, que era tarde, no vaya ser que nos fuésemos a perder otra alarma de incendio (?)

Cosas que me han gustado:
  •  El clima es tan bueno que puedes estar andando horas y horas y no sientes fatiga.
  • Descubrir la tienda friki
  • Starbucks
Cosas que no me han gustado tanto:
  •  El mercado de las flores me lo esperaba de otra manera

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