¿Has escuchado aquella canción?
Esa en la que los deseos y las ilusiones están latentes. Y aunque el viento siempre choca con fuerza contra ellos, sus raíces son más fuertes.
Con el tiempo, la erosión empieza a hacer efecto sin poderlo evitar, y cada día son más débiles. Intentas fortalecerlas.
Hay días en que lo consigues aún siendo un proceso largo y doloroso.
Llega el final de esa melodía, ¿sigues sintiéndola? El momento donde el sol carga al completo esas energías que parecían desaparecidas. Pero, el mínimo movimiento externo hace arder en rabia e impotencia. Hace que quiera destruirlo todo; de forma incompleta.
La semilla nunca ha llegado a desaparecer.
Si no la has escuchado y oyes algo parecido, apaga la música a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario