12/5/15

Pequeños habitantes significantes.

Sin los demás, no somos nadie. Incluso después de muertos, seguimos viviendo en las historias de otros.

Aquí hace tiempo que nadie habla de ti, pero no hay día en el que no te recuerde.
A veces, cuando el corazón tiene valor, miro tus fotos y siempre me pregunto lo mismo: ¿cómo alguien tan vital, en su doble sentido, pudo haberse apagado de forma tan fugaz?

La vida es injusta, pero nosotros más.
Hacemos inmortales a las personas a través de los recuerdos, de las historias compartidas... Pero cuando éstas dejan de contarse, viene el olvido.

No quiero olvidarte, no quiero que te olviden.

Puede que no todos tuvieran la misma relación, que no fueses igual de importante para unos que para otros. ¿Pero acaso a todos no nos gustaría formar parte del pensamiento de las personas que tuvimos siempre cerca?

Hoy en día aún me cuesta hablar de ti sin ponerme triste, solo una vez pude hablar con valor y con una sonrisa recordándote delante de mis compañeras; porque es lo que siempre hacías, sonreír y hacer reír.

Eras alguien espectacular.
Eres alguien extraordinario.

Un día nos tomaremos ese café pendiente... Tarde o temprano, todos pasamos por lo mismo.

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