Tengo una espinita. Pequeña, débil y sin color. Dadas sus características, ni tan solo yo me acuerdo de que está ahí. Sólo cuando empieza a clavarse sin querer.
Al abrazar siempre voy con cuidado. Un apretón muy fuerte podría hincármela del todo, y no sólo yo sufriría sus consecuencias. Pocas veces esta espinita se divide y se clava en el otro ser que ha querido dar cariño. Son traicioneras y no tienen reparo en los seres humanos.
Últimamente, me fijo más en ella. Está enfadada, me hace daño, me quejo en silencio e intento no pensar en ello. Se agarra con fuerza.
Sé que está confundida. Echa de menos una rosa donde encontrar a más compañeras como ella...Pero me gusta su soledad y quiero tenerla así más tiempo.
No llegará el fatídico día en que me abracen tan fuerte que vuelva a aquél oscuro y latido lugar. Pondré coraza de hierro...
...me vendaré los ojos
...cerraré la luz
...no oiré su voz
...no sentiré su delicadeza
Me hipnotizan tus pétalos; pero mis sentidos caerán rendidos a mi razón.
5 comentarios:
cuanta delicadeza. y la foto ya es el toque final:) me gusta
ay! m'encanta la foto. l'has fet tu oi? :)
En cierto modo te animo a no compartir esa espinita en un tiempo. Si, el dolor compartido es menos dolor...pero espinita a espinita...se forma una estaca.
Deja volar tus sentidos, no los entregues a la razón...pero razona lo que sientes ;)
Lidia: no, precisament aquesta la va fer una amiga meva. Jo només he retocat el color.
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