Miro hacia otro lado. ¿No te voy a sonreir cuando me has querido asesinar, no?
No me robes mi identidad.
Tira el cuchillo y deja que me desangre. Cuando se seque la sangre y quede cicatriz, te la haré ver cada día.
Deberías saber que tengo tijeras con las que soltarme.
4 comentarios:
Mucho síndrome de Estocolmo me parece a mí ;)
jajaja. Es que se ha de ser amigable hasta con tus enemigos
Rencorosa! xD A lo mejor lo hacia por tu bien. ^^
Ostras, pues yo soy inamigable hasta con mis amigos :P
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