No le preguntes al pájaro cuantas ciudades visitó.
No le preguntes al pez qué hay en el fondo del mar.
No le preguntes al león a cuántas personas tuvo que asesinar.
Hay sucesos que se guardan en la retina del ojo, creando así una mirada triste.
No quieras saber lo que se esconde detrás, no hagas florecer sus desgracias. Conoce sus días felices, porque significará que has ayudado a crear los mejores momentos de su vida.
Porque ayudar no se hace siempre con palabras.
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