Quizá he tardado demasiado en actuar.
He dejado que te volvieras loco, tanto por tu culpa como por la mía.
Hay hechos que hay que dejar atrás si no van a tener ningún futuro, ya sea bueno o malo.
Realmente, lo bueno no se olvida, pero puestos a olvidar, olvidemos todo sin dejar rastro el uno y el otro. O eso espero.
Hay personas que tienen complejo de caracol y dejan un rastro asqueroso para que vayas hasta ellos y luego se ofrecen a limpiar tu alma en pena por el sucio camino recorrido. Otros dejan migas de pan para que disfrutes y al encontrarte, matarte de hambre. Algunos cumplen los dos, y realmente, no sé si eres de esos.
Y aquí estamos, en un quieres y no puedes, en un quiero pero no te dejo, en un sin vivir.
Cerremos bajo llave una etapa que se tendría que haber zanjado hace mucho. Quizá vuelvas a pedir explicaciones, pero ante todo, fuiste tu quien empezó y yo quien le pongo el punto final.
Es raro, creo que me cuesta hacerme a la idea de que todo acabe así. Quizás nos veamos por ahí, como dijiste, o quizá, de verdad, sea un adiós.
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