Este era nuestro último día entero en Tokyo. No teníamos nada pensado para ese día así que fuimos un poco por libre, mirando en la guía cosas que podían resultar interesantes ¡y la verdad es que acertamos!
Empezamos el día yendo al Mercado de Tsukiji (que todavía dura en esta ubicación, ya que está previsto que se traslade a Toyosu).
Pescado fresco, mariscos, cosas... Extrañas, vajillas, restaurantes, gente, gente y gente... Todo eso en unas cuantas calles que conforman uno de los lugares más famosos de Tokyo. Imposible morir de hambre allí. Ahí podréis probar el sushi más fresco (tras hacer bastante cola, todo sea dicho).
Era un sitio al que, en un principio no teníamos pensado ir, pero menos mal que cambiamos de idea. Nos gustó muchísimo, y el ambiente que se respira en el mercado - y no es de pescado, aunque parezca imposible - es muy agradable.
Creo que este día nos tocó uno de los más soleados y calurosos de nuestra estancia. No lo digo porque me quemase la nuca ni nada... (?) Pero aun así, después de disfrutar del mercado, fuimos dando un paseo hasta el parque Hama- Rikyu. Puede parecer pequeño en el mapa, pero una vez entras ves que es enorme. Es muy bonito, mucho césped, lagos, puestecitos para comer y descansar. Ahí probé los dangos, que soy muy típicos, pero la verdad, no me resultaron nada del otro mundo.
Después de pasar un par de horas en el parque y tras haber visto todo, fuimos un poco sin rumbo dando un paseo por los alrededores.
Entramos en el templo de Tsukiji Honganji (donde había un memorial de Hide), pasamos por un teatro Kabuki, un torturador de pies, diferentes tiendas, parquecitos... ¡Y entramos al Don Quijote! Puedes encontrar de todo, algunos a precios muy bajos y otros normales. La verdad es que es como un todo a cien de toda la vida, versión japonesa, por lo tanto, puedes pasarte mucho rato mirando comida extraña, cosmética que no sabes para que puede ser, juguetes sexuales rarunos... (Aunque ninguna como la tienda erótica de Akihabara donde fuimos este mismo día por la noche. Seguro que alucináis tanto por lo que veis como por las personas de dentro).
Después de toooodo el paseo enorme, fuimos andando hasta el hotel para descansar un poco. Al caer el sol (que en Japón, además, anochece pronto) fuimos a dar un paseo por unos templos que vimos que estaban cerca de nuestra ubicación y, después, a dar una despedida a la tan visitada Akihabara.
Estos templos están en plena ciudad, subiendo unas escaleras asesinas empinadas de la muerte. El lugar es muy tranquilo, muy bonito. El templo en cuestión se llama Kuramae-hashi Dori
Y hasta aquí nuestro penúltimo día en Tokyo... ¡Al día siguiente ya poníamos rumbo a Kyoto!
28/6/17
20/6/17
Japón - Tokyo día 4
Cuarto día ya en el país nipón. Este día ya estaba un poco cansada del desayuno del hotel, que cada día era huevo (un día en forma de tortilla y otro en revuelto), la carne de acompañamiento y el pan de molde con cosas verdes - que estaba muy bueno la verdad. - Y del arroz, ay, cómo echaba de menos un bocadillo de jamón serrano.
Nos pusimos en marcha temprano como siempre y fuimos caminando hasta el Palacio Imperial, pasando por primera vez cerca de la estación de Tokyo. Antes de ir al Palacio, hicimos una parada en la tumba de Taira no Masakado, en su época tachado de rebelde, actualmente considerado protector espiritual de Tokyo.
La tumba está en plena ciudad, rodeada de edificios enormes. Este tipo de cosas me enamoraron mucho de Japón, cómo respetan y conservan su pasado. También nos sorprendió como, un taxista, paró justo delante de las escaleras de entrada a la tumba, nos saludó, rezó a la tumba y se fue. Nadie te impone sus creencias ni su religión, pero impresiona mucho ver como, hoy en día, creen ciegamente en este tipo de cosas y como respetan los antepasados.
El Palacio Imperial abría a las 9 am (hace un par de años solo habría ciertos días en diciembre, pero desde entonces está abierto prácticamente todos los días del año). Nosotros llegamos antes de la hora y nos pusimos a esperar en las verjas de la entrada... Y menos mal, porque qué risa. Se acercó un guarda a la verja, puso un reloj digital encima y se quedó mirándolo. Cuando faltaban 5 segundos para las 9:00 en punto, empezó a hacer la cuenta atrás con los dedos. Se fue todo el miedo que puede dar un guarda de Palacio, la verdad.
Hacen un pequeño control de seguridad y... ¡Para adentro!
Decir que el Palacio, las partes que se pueden visitar, son muchas y muy grandes, podéis pasaros perfectamente toda la mañana ahí dentro, como fue nuestro caso. Hay un mirador donde puedes ver el skyline precioso de Tokyo, torretas, el típico jardín japonés, plantas de todos lados (había olivos españoles) ... La entrada es gratuita, así que os recomiendo bastante ir.
Después de pasar toda la mañana ahí, pusimos rumbo a Ikebukuro.
Maaaaaadre mía, para la que sea fujoshi ese sitio es un paraíso. Muchas fangirls de todo, las tiendas enfocadas la gran mayoría para chicas, colas para cafeterías donde te atienden hombres, la plaza lleeeena de chicas con sus bolsas tuneadas con sus personajes de manga/anime favoritos.
Obviamente, hay cosas para todos los gustos, es una zona muy recomendable si te gusta todo el mundillo "otaku". Personalmente, me gustó mucho más que Akihabara, y había un ambiente muy bueno por la calle, eso sí, todo llenito de gente. Había un par de tiendas donde tenían merchan de la saga Tales of, cosa que todavía no había visto por ningún sitio, había cines, tiendas más generales, zona de comer... Y el Sunshine City con un Pokemon Center dentro.
El centro comercial es... Enorme, de verdad. No os puedo decir ni cómo están organizadas las plantas porque hasta la gente que vive ahí iba preguntando a los trabajadores con el mapa en la mano dónde estaban las cosas. Pasamos horas y horas y horas ahí dentro, ya que es imposible aburrirse porque hay de todo, hasta atracciones de One Piece y otras series que no conocía. Eso sí, a la hora de querer irnos... Ay, madre mía, no sabíamos por donde hacerlo, no encontrábamos ni la puerta por la que habíamos entrado ni dónde podía estar la de salida.
Después de tooooooda la pateada, que no fue poca, decidimos ir en busca de una tumba que mi novio había leído que estaba "no muy lejos" de esa zona. La tumba que buscábamos era la de la mujer sin rostro, muy típica de las fábulas japonesas.
He de decir que nos alejamos muchísimo de calles principales, de zonas turísticas... Porque era un barrio de lo más normal, donde todo el mundo nos miraba con cara raruna.
Estuvo bien alejarse del bullicio típico japonés y ver el típico instituto, la típica tienda de maderita, parques (digo típicas porque es lo que se ve en los animes, normalmente).
El GPS nos llevó hasta donde supuestamente estaba la tumba... Pero vaya, que eso era un cementerio con todas las letras, donde había una casita donde podías pedir información, precios etc. para enterrar a tu ser querido.
Cómo no, entramos (si ya me seguisteis en el viaje anterior, lo de entrar en este tipo de cosas se esta haciendo costumbre) y era tal cual una película de terror japonesa. Todo muy tradicional, muy bien cuidado... Y era enorme, ya que continuaba hasta unirse con un templo, en el cual entramos y vimos un monje y nos quedamos muy bien sin saber qué hacer porque no teníamos ni idea de si podíamos entrar o no. La tumba no sé si la vimos porque no había nada que lo indicara.
Cuando íbamos rumbo a la estación para volver al hotel, vimos una calle principal con tenderetes con comida y cosas de segunda mando. Una calle que no tenía fin, porque anduvimos mucho rato mirando los puestos y viendo comida rara y nunca se acababa, así que decidimos atajar por callejuelas para ir, esta vez sí, rumbo al hotel.
Ay, qué bonita es Japón.
Nos pusimos en marcha temprano como siempre y fuimos caminando hasta el Palacio Imperial, pasando por primera vez cerca de la estación de Tokyo. Antes de ir al Palacio, hicimos una parada en la tumba de Taira no Masakado, en su época tachado de rebelde, actualmente considerado protector espiritual de Tokyo.
La tumba está en plena ciudad, rodeada de edificios enormes. Este tipo de cosas me enamoraron mucho de Japón, cómo respetan y conservan su pasado. También nos sorprendió como, un taxista, paró justo delante de las escaleras de entrada a la tumba, nos saludó, rezó a la tumba y se fue. Nadie te impone sus creencias ni su religión, pero impresiona mucho ver como, hoy en día, creen ciegamente en este tipo de cosas y como respetan los antepasados.
El Palacio Imperial abría a las 9 am (hace un par de años solo habría ciertos días en diciembre, pero desde entonces está abierto prácticamente todos los días del año). Nosotros llegamos antes de la hora y nos pusimos a esperar en las verjas de la entrada... Y menos mal, porque qué risa. Se acercó un guarda a la verja, puso un reloj digital encima y se quedó mirándolo. Cuando faltaban 5 segundos para las 9:00 en punto, empezó a hacer la cuenta atrás con los dedos. Se fue todo el miedo que puede dar un guarda de Palacio, la verdad.
Hacen un pequeño control de seguridad y... ¡Para adentro!
Decir que el Palacio, las partes que se pueden visitar, son muchas y muy grandes, podéis pasaros perfectamente toda la mañana ahí dentro, como fue nuestro caso. Hay un mirador donde puedes ver el skyline precioso de Tokyo, torretas, el típico jardín japonés, plantas de todos lados (había olivos españoles) ... La entrada es gratuita, así que os recomiendo bastante ir.
Después de pasar toda la mañana ahí, pusimos rumbo a Ikebukuro.
Maaaaaadre mía, para la que sea fujoshi ese sitio es un paraíso. Muchas fangirls de todo, las tiendas enfocadas la gran mayoría para chicas, colas para cafeterías donde te atienden hombres, la plaza lleeeena de chicas con sus bolsas tuneadas con sus personajes de manga/anime favoritos.
Obviamente, hay cosas para todos los gustos, es una zona muy recomendable si te gusta todo el mundillo "otaku". Personalmente, me gustó mucho más que Akihabara, y había un ambiente muy bueno por la calle, eso sí, todo llenito de gente. Había un par de tiendas donde tenían merchan de la saga Tales of, cosa que todavía no había visto por ningún sitio, había cines, tiendas más generales, zona de comer... Y el Sunshine City con un Pokemon Center dentro.
La película de Sangatsu no Lion asdfjalkfdjkalf |
Después de tooooooda la pateada, que no fue poca, decidimos ir en busca de una tumba que mi novio había leído que estaba "no muy lejos" de esa zona. La tumba que buscábamos era la de la mujer sin rostro, muy típica de las fábulas japonesas.
He de decir que nos alejamos muchísimo de calles principales, de zonas turísticas... Porque era un barrio de lo más normal, donde todo el mundo nos miraba con cara raruna.
Estuvo bien alejarse del bullicio típico japonés y ver el típico instituto, la típica tienda de maderita, parques (digo típicas porque es lo que se ve en los animes, normalmente).
El GPS nos llevó hasta donde supuestamente estaba la tumba... Pero vaya, que eso era un cementerio con todas las letras, donde había una casita donde podías pedir información, precios etc. para enterrar a tu ser querido.
Cómo no, entramos (si ya me seguisteis en el viaje anterior, lo de entrar en este tipo de cosas se esta haciendo costumbre) y era tal cual una película de terror japonesa. Todo muy tradicional, muy bien cuidado... Y era enorme, ya que continuaba hasta unirse con un templo, en el cual entramos y vimos un monje y nos quedamos muy bien sin saber qué hacer porque no teníamos ni idea de si podíamos entrar o no. La tumba no sé si la vimos porque no había nada que lo indicara.
Cuando íbamos rumbo a la estación para volver al hotel, vimos una calle principal con tenderetes con comida y cosas de segunda mando. Una calle que no tenía fin, porque anduvimos mucho rato mirando los puestos y viendo comida rara y nunca se acababa, así que decidimos atajar por callejuelas para ir, esta vez sí, rumbo al hotel.
Ay, qué bonita es Japón.
Pensamientos de:
Irene
15/6/17
Japón - Tokyo día 3
¡Tercer amanecer en Tokyo con mucha ilusión!
Ducha, desayuno... ¡Y rumbo a Mitaka para ir al Museo Ghibli!
Tardamos nada y menos en llegar a la estación de Mitaka, y nada más ubicarnos ya vimos el Bus Ghibli que te lleva directamente hasta el museo... Pero obviamente, no lo cogimos. Y... Sinceramente, no recomiendo cogerlo, Mitaka es preciosa. Además, íbamos con mucho tiempo de antelación, ya que el museo abría a las 10am, así que nos dedicamos a pasearla tranquilamente y a aprovechar un poquito todavía el fresquito mañanero... Que en Japón dura muy poco.
Cuando lleguéis, veréis que hay una entrada donde hay un muñeco de Totoro como taquillero. Pues bien, esa no es la entrada principal. Como llegamos muy pronto seguimos andando y vimos que había cola en otra entrada secundaria. Nosotros no teníamos hora de entrada, así que nos pusimos a hacer cola bajo el solaco que hacía.
Las entradas las compré en la web http://www.japanspecialist.co.uk/ghibli-museum/ticket-only/
¿Qué hay JTB española? Sí. Peeeeeeeero un truquito, sale mucho más barato desde la web de Reino Unido.
España: 15 euros por persona + gastos de envío 15 euros. (Ventajas de vivir en una isla (?))
UK: al cambio, 13'64 euros por persona + 2'27 de gastos de envío.
Por eso, al organizar el viaje, mirad siempre mil opciones, porque os podéis ahorrar mucho dinero en todo.
Una vez os revisen las entradas y vean el pasaporte de titular de grupo de entradas, pasaréis a hacer cola, y veréis un mini show que hacen los trabajadores para anunciar que está apunto de abrirse el Museo.
Una vez dentro os recordarán que no se pueden hacer fotos dentro, os dan un mini mapita, la entrada (una diapositiva random de una de las pelis de Ghibli) y... ¡A disfrutar!
Nada más entrar, os dirán de ir a ver un corto exclusivo en el cine de ahí. La experiencia fue muy chula a pesar de que el corto estuviera relacionado con Totoro. Porque, sí amigos, detesto la película de Totoro, son de esas películas que no entiendo porqué son tan aclamadas y reconocidas, pero bueno.
Cuanto más avanzábamos por el museo, más me decepcionaba. Está muy bien ambientado, las vidrieras son preciosas, ves el currazo que lleva hacer películas... Pero no hay nada que represente la cantidad de películas que tiene el estudio. Hay cosas chulas de hacer y ver, pero en general... Decepción. Y la tienda de souvenirs no se queda corta, para encontrar algo que no sea Totoro o el gato de Kiki, tela.
Por la parte exterior del museo sí se pueden hacer fotos, así que cómo no, nos hicimos una con el robot gigante de Laputa (algo que no es Totoro, wiii ~)
Al salir del museo dimos una vuelta y llegamos a unos tenderetes con cosas para niños, comida, mercadillo... Había muy buen ambiente. Se celebraba el centenario de algo que estaba anunciado por todo Mitaka pero que, en kanjis, imposible enterarse de qué se trataba.
Tras descansar un poco, fuimos con tren hasta Harajuku... Maaaadre mía cuáaanta genteeeeee. Y cuántas tiendas guays, qué calles más chulas, qué ambientazo y... ¿He dicho ya que había muchísima gente?
Voy a intentar resumir un poco esta parte ya que fue de caminar mucho y de ver y entrar a muchos sitios. El recorrido que hicimos fue Harajuku, Shinjuku y Shibuya. Destacaré lo más típico que es el Parque Yoyogi, ¡dónde pudimos ver una boda sintoista! El cruce de Shibuya y la estatua de Hachiko, que tenía dos gatetes más monos ~
Estas tres zonas para los fans de J-pop, alternativo etc serán el paraíso. Tiendas y tiendas sobre esta temática, buses pasando con publicidad y música... Es un ambiente totalmente diferente a otras zonas de Tokyo que podáis ir.
Este día ya las piernas nos decían "onegai dejadnos morir" de todo lo que habíamos andado...
PD: ¡Totoro está por todo, no solo en Ghibli, da igual donde vayas hay cosas de Totoro, música de Totoro... Por un Japón libre de Totoros! (?)
Ducha, desayuno... ¡Y rumbo a Mitaka para ir al Museo Ghibli!
Tardamos nada y menos en llegar a la estación de Mitaka, y nada más ubicarnos ya vimos el Bus Ghibli que te lleva directamente hasta el museo... Pero obviamente, no lo cogimos. Y... Sinceramente, no recomiendo cogerlo, Mitaka es preciosa. Además, íbamos con mucho tiempo de antelación, ya que el museo abría a las 10am, así que nos dedicamos a pasearla tranquilamente y a aprovechar un poquito todavía el fresquito mañanero... Que en Japón dura muy poco.
Cuando lleguéis, veréis que hay una entrada donde hay un muñeco de Totoro como taquillero. Pues bien, esa no es la entrada principal. Como llegamos muy pronto seguimos andando y vimos que había cola en otra entrada secundaria. Nosotros no teníamos hora de entrada, así que nos pusimos a hacer cola bajo el solaco que hacía.
Las entradas las compré en la web http://www.japanspecialist.co.uk/ghibli-museum/ticket-only/
¿Qué hay JTB española? Sí. Peeeeeeeero un truquito, sale mucho más barato desde la web de Reino Unido.
España: 15 euros por persona + gastos de envío 15 euros. (Ventajas de vivir en una isla (?))
UK: al cambio, 13'64 euros por persona + 2'27 de gastos de envío.
Por eso, al organizar el viaje, mirad siempre mil opciones, porque os podéis ahorrar mucho dinero en todo.
Una vez os revisen las entradas y vean el pasaporte de titular de grupo de entradas, pasaréis a hacer cola, y veréis un mini show que hacen los trabajadores para anunciar que está apunto de abrirse el Museo.
Una vez dentro os recordarán que no se pueden hacer fotos dentro, os dan un mini mapita, la entrada (una diapositiva random de una de las pelis de Ghibli) y... ¡A disfrutar!
Nada más entrar, os dirán de ir a ver un corto exclusivo en el cine de ahí. La experiencia fue muy chula a pesar de que el corto estuviera relacionado con Totoro. Porque, sí amigos, detesto la película de Totoro, son de esas películas que no entiendo porqué son tan aclamadas y reconocidas, pero bueno.
Cuanto más avanzábamos por el museo, más me decepcionaba. Está muy bien ambientado, las vidrieras son preciosas, ves el currazo que lleva hacer películas... Pero no hay nada que represente la cantidad de películas que tiene el estudio. Hay cosas chulas de hacer y ver, pero en general... Decepción. Y la tienda de souvenirs no se queda corta, para encontrar algo que no sea Totoro o el gato de Kiki, tela.
Por la parte exterior del museo sí se pueden hacer fotos, así que cómo no, nos hicimos una con el robot gigante de Laputa (algo que no es Totoro, wiii ~)
Al salir del museo dimos una vuelta y llegamos a unos tenderetes con cosas para niños, comida, mercadillo... Había muy buen ambiente. Se celebraba el centenario de algo que estaba anunciado por todo Mitaka pero que, en kanjis, imposible enterarse de qué se trataba.
Tras descansar un poco, fuimos con tren hasta Harajuku... Maaaadre mía cuáaanta genteeeeee. Y cuántas tiendas guays, qué calles más chulas, qué ambientazo y... ¿He dicho ya que había muchísima gente?
Voy a intentar resumir un poco esta parte ya que fue de caminar mucho y de ver y entrar a muchos sitios. El recorrido que hicimos fue Harajuku, Shinjuku y Shibuya. Destacaré lo más típico que es el Parque Yoyogi, ¡dónde pudimos ver una boda sintoista! El cruce de Shibuya y la estatua de Hachiko, que tenía dos gatetes más monos ~
Estas tres zonas para los fans de J-pop, alternativo etc serán el paraíso. Tiendas y tiendas sobre esta temática, buses pasando con publicidad y música... Es un ambiente totalmente diferente a otras zonas de Tokyo que podáis ir.
Este día ya las piernas nos decían "onegai dejadnos morir" de todo lo que habíamos andado...
PD: ¡Totoro está por todo, no solo en Ghibli, da igual donde vayas hay cosas de Totoro, música de Totoro... Por un Japón libre de Totoros! (?)
8/6/17
Japón - Tokyo día 2
Japón es el país del sol naciente y ES VERDAD.
A las 5 am entraba un sol por la ventana de nuestra habitación digno de las 11 am hora española.
Nuestro viaje coincidía con la Golden Week, pero la verdad es que no nos afectó en nada durante el viaje y no notamos que hubiera grandes cantidades de gente (quitando algún punto concreto pero que ya de por sí es muy turístico).
Desde el hotel fuimos andando hasta el parque Ueno, pasando de nuevo por Akihabara, la cual - obviamente - tenía todas las tiendas cerradas. Os recomiendo, si podéis, pasar por algunas zonas de día y volver a pasar de noche; es sorprendente cómo puede cambiar un lugar.
En unos 30 minutos llegamos al parque Ueno, vimos que no era el típico parque de columpios, toboganes, etc. si no un lugar con un gran valor histórico, pues podéis conocer un poco más sobre la historia de Japón leyendo las historias y viendo las tumbas. (Dato curioso: da igual la tumba/templo que veáis, todas tienen flores recientes o comida y están muy bien cuidadas.)
Voy a hacer un inciso para contar una anécdota con los baños... En el parque (y en general por todos lados por tanta máquina expendedora) hay baños públicos. Yo no sabía, todavía, que en este tipo de baños había de dos tipos para elegir... Ojalá alguien me hubiera grabado al abrir la puerta y ver que tenía que hacer pipí en un baño tipo oriental de estos. Al día siguiente descubriría que además, lo usé mal, pues yo miraba hacia la "cisterna" y hay que miccionar mirando hacia el otro lado. Pero bueno, prosigamos, que podría hablar solo de los váteres de ahí...
En el parque está el templo de Shimizu Kannondo, en el cual venden bastantes amuletos, collares, etc. Cerca del templo hay lo que yo denominé "el mini fushimi inari" ya que consiste en unas escaleras que bajan con muchos toris alrededor. Si seguís el camino, veréis una especie de lago enorme y, no sé si fue casualidad o si están siempre, unos tenderetes con comida rarísima. Yo soy bastante tiquismiquis con la comida, pero mi novio si se atrevió a probar unos pulpitos que los cocinan cocidos en una salsa. Pero bueno, que casi casi te los dan crudos.
Pasando los tenderetes de comida había más templos y me sorprendía muchísimo ver siempre gente rezando. Ya el día anterior con el templo de Nihombashi me maravilló como siempre había gente rezando fuera la hora que fuera.
Después de patearnos y repatearnos esa zona pusimos rumbo a Asakusa, que está muy cerquita del parque Ueno.
En Asakusa sí que había gente, maaaaaaaadre mía. Era el primer lugar al que íbamos que estaba tan concurrido. Probamos suerte, hicimos muchas fotos, vimos carpas, esquivamos gente, vimos los alrededores del templo de Asakusa... Me gustó mucho esa zona, además había como un mercado cubierto y se agradecía ver tiendecitas que no eran 100% de souvenirs. Pero que si no vais, no os preocupéis, porque da igual hacia donde andéis, hay tiendas de todo, para todos los gustos. Os podéis pasar hooooras y horas caminando sin parar de ver tiendas.
Ya cuando el hambre apretaba fuimos a comer sushi. Me gusta mucho el tema de que te sientas, te traen agua o té, en algunos sitios incluso toallas para limpiarte las manos... Sobre todo si es un sitio donde posiblemente comas con las manos.
Sinceramente, no echo de menos el sushi true japanese, imagino que por falta de costumbre en comer según que pescados crudos (como el calamar, no quiero comer nunca más niguiri de calamar). Todos los tipos de makis o sushi rolls que existen en España, en Japón ni por asomo los vas a encontrar. Ahí el sushi es niguiri, maki de pepino y sashimi. La calidad del pescado es muy buena, el arroz es diferente, el wasabi está buenísimo... Pero prefiero el sushi "falso" español.
Ya con el estómago lleno, pusimos rumbo a Tokyo Skytree. El camino con todo el sol y el calor se hizo un poco largo, pero es de agradecer que todos los días que estuvimos en Japón hizo muy buen tiempo siempre y una temperatura elevada pero soportable.
Una vez llegamos, decidimos no subir... Para lo que era y el precio que tenía no nos merecía mucho la pena (básicamente subes para ver las vistas, pero más adelante vimos vistas mejores de Tokyo).
Aprovechamos para entrar en el centro comercial del Skytree y dar una vuelta por los alrededores.
Al salir de ahí, cogimos tren hasta Ginza, que es el barrio "pijo y caro". Muchos edificios altos, miles de tiendas, marcas caras, conocidas... Mucha gente y mucho turista.
Si me seguísteis en mi anterior viaje, sabéis que colecciono charms de pandora de cada país al que voy - que por ahora no son muchos - y fui en busca de una tienda Pandora donde me compré el charm más bonito que puede existir en el mundo. Misión cumplida.
Desde Ginza decidimos volver andando hasta el hotel. Con todo lo que hicimos os podéis imaginar que no sentíamos las piernas.
A medio camino, y ya por segunda vez, vimos los Karts de Mario. Si pasáis por Akihabara o zonas de alrededor, seguro que los veis, porque no fue la última vez que los vimos.
Y hasta aquí llega el segundo día... ¡Nos vemos el próximo día, que vamos al museo Ghibli!
A las 5 am entraba un sol por la ventana de nuestra habitación digno de las 11 am hora española.
Nuestro viaje coincidía con la Golden Week, pero la verdad es que no nos afectó en nada durante el viaje y no notamos que hubiera grandes cantidades de gente (quitando algún punto concreto pero que ya de por sí es muy turístico).
Desde el hotel fuimos andando hasta el parque Ueno, pasando de nuevo por Akihabara, la cual - obviamente - tenía todas las tiendas cerradas. Os recomiendo, si podéis, pasar por algunas zonas de día y volver a pasar de noche; es sorprendente cómo puede cambiar un lugar.
En unos 30 minutos llegamos al parque Ueno, vimos que no era el típico parque de columpios, toboganes, etc. si no un lugar con un gran valor histórico, pues podéis conocer un poco más sobre la historia de Japón leyendo las historias y viendo las tumbas. (Dato curioso: da igual la tumba/templo que veáis, todas tienen flores recientes o comida y están muy bien cuidadas.)
Voy a hacer un inciso para contar una anécdota con los baños... En el parque (y en general por todos lados por tanta máquina expendedora) hay baños públicos. Yo no sabía, todavía, que en este tipo de baños había de dos tipos para elegir... Ojalá alguien me hubiera grabado al abrir la puerta y ver que tenía que hacer pipí en un baño tipo oriental de estos. Al día siguiente descubriría que además, lo usé mal, pues yo miraba hacia la "cisterna" y hay que miccionar mirando hacia el otro lado. Pero bueno, prosigamos, que podría hablar solo de los váteres de ahí...
En el parque está el templo de Shimizu Kannondo, en el cual venden bastantes amuletos, collares, etc. Cerca del templo hay lo que yo denominé "el mini fushimi inari" ya que consiste en unas escaleras que bajan con muchos toris alrededor. Si seguís el camino, veréis una especie de lago enorme y, no sé si fue casualidad o si están siempre, unos tenderetes con comida rarísima. Yo soy bastante tiquismiquis con la comida, pero mi novio si se atrevió a probar unos pulpitos que los cocinan cocidos en una salsa. Pero bueno, que casi casi te los dan crudos.
Pasando los tenderetes de comida había más templos y me sorprendía muchísimo ver siempre gente rezando. Ya el día anterior con el templo de Nihombashi me maravilló como siempre había gente rezando fuera la hora que fuera.
Después de patearnos y repatearnos esa zona pusimos rumbo a Asakusa, que está muy cerquita del parque Ueno.
En Asakusa sí que había gente, maaaaaaaadre mía. Era el primer lugar al que íbamos que estaba tan concurrido. Probamos suerte, hicimos muchas fotos, vimos carpas, esquivamos gente, vimos los alrededores del templo de Asakusa... Me gustó mucho esa zona, además había como un mercado cubierto y se agradecía ver tiendecitas que no eran 100% de souvenirs. Pero que si no vais, no os preocupéis, porque da igual hacia donde andéis, hay tiendas de todo, para todos los gustos. Os podéis pasar hooooras y horas caminando sin parar de ver tiendas.
Ya cuando el hambre apretaba fuimos a comer sushi. Me gusta mucho el tema de que te sientas, te traen agua o té, en algunos sitios incluso toallas para limpiarte las manos... Sobre todo si es un sitio donde posiblemente comas con las manos.
Sinceramente, no echo de menos el sushi true japanese, imagino que por falta de costumbre en comer según que pescados crudos (como el calamar, no quiero comer nunca más niguiri de calamar). Todos los tipos de makis o sushi rolls que existen en España, en Japón ni por asomo los vas a encontrar. Ahí el sushi es niguiri, maki de pepino y sashimi. La calidad del pescado es muy buena, el arroz es diferente, el wasabi está buenísimo... Pero prefiero el sushi "falso" español.
Ya con el estómago lleno, pusimos rumbo a Tokyo Skytree. El camino con todo el sol y el calor se hizo un poco largo, pero es de agradecer que todos los días que estuvimos en Japón hizo muy buen tiempo siempre y una temperatura elevada pero soportable.
Una vez llegamos, decidimos no subir... Para lo que era y el precio que tenía no nos merecía mucho la pena (básicamente subes para ver las vistas, pero más adelante vimos vistas mejores de Tokyo).
Aprovechamos para entrar en el centro comercial del Skytree y dar una vuelta por los alrededores.
Al salir de ahí, cogimos tren hasta Ginza, que es el barrio "pijo y caro". Muchos edificios altos, miles de tiendas, marcas caras, conocidas... Mucha gente y mucho turista.
Si me seguísteis en mi anterior viaje, sabéis que colecciono charms de pandora de cada país al que voy - que por ahora no son muchos - y fui en busca de una tienda Pandora donde me compré el charm más bonito que puede existir en el mundo. Misión cumplida.
Desde Ginza decidimos volver andando hasta el hotel. Con todo lo que hicimos os podéis imaginar que no sentíamos las piernas.
A medio camino, y ya por segunda vez, vimos los Karts de Mario. Si pasáis por Akihabara o zonas de alrededor, seguro que los veis, porque no fue la última vez que los vimos.
Y hasta aquí llega el segundo día... ¡Nos vemos el próximo día, que vamos al museo Ghibli!
6/6/17
Japón - Tokyo día 1
¡Mi primer viaje fuera de Europa! ¡Y A JAPÓN! Que se puede decir más alto pero no más claro.
Me va a costar mucho estructurar este viaje, ya que fuimos a muchos sitios, vimos muchísimas cosas, pero no de todo hay foto (hay que guardar cosas en la retina siempre que se viaja para disfrutar más).
Así que voy a intentar resumir los días sin dejarme ningún detalle importante... ¡Empezamos!
La ida fue genial. Nosotros salíamos de Mallorca hacia Frankfurt y de Frankfurt a Tokyo (Narita).
Era la primera vez que hacía un viaje tan largo, pero hay que decir que los aviones de Japan Airliness son la mar de espaciosos, el personal muy amable y la comida... Nunca había comido en una avión, pero era true japanese y muy bueno la verdad.
Al llegar y después de pasar los controles rutinarios, cogimos el Narita Express (N'ex) para llegar a la parada de Nihombashi, que era la zona donde teníamos el hotel. Ya solo con los controles y comprar los billetes vimos que el tema inglés... Regulín. Lo hablan con sus sonidos como pueden. Pero bueno, siempre están dispuestos a ayudar os entiendan o no.
En la parada de Nihombashi, antes de salir, compramos la tarjeta Suica, ya que nosotros no cogimos JRpass. Hice mil cálculos de cuánto gastaríamos etc. y una JRpass no nos salía a cuenta. Bendita sea la web de Hiperdia para organizar el viaje. No nos perdimos ni una vez en todo el viaje en una estación.
Una vez hecho el check-in en el hotel de Tokyo, probamos nuestro WiFi Pocket que llegó sano y salvo al hotel. Vaya maravilla de invento, nos funcionó perfectamente todo el viaje y flipamos con la batería, nunca se acabó. Os dejo la web por si os interesa https://www.japan-rail-pass.es/services/pocket-wifi
Ah, y por supuesto, probamos el váter. ¡Ahí todos los váteres tienen chorros! Sean públicos, de restaurantes... Pero no fue con lo único de tema váter que flipé.. Bueno, ya os contaré eso en la siguiente entrada. Pero lo que decía, se puede regular la presión, la dirección, la temperatura... Japón, has conquistado nuestros kokoros con vuestros váteres.
Ya una vez listos, salimos del hotel rumbo a Ginza... Pero aaay amigos, mi sentido de la orientación es nulo y acabamos en Akihabara. Ambas zonas estaban a 20 min andando de nuestro hotel, pero una al norte y otra al sur. ¡Pero no pasa nada! Akihabara era visita obligada, por supuesto.
Como íbamos a casi todo andando porque el hotel estaba muy bien ubicado, descubrimos un pequeño templo al lado de nuestro hotel que era precioso.
La verdad es que era una pasada ver a las meido repartir publicidad con esas voces de personaje shojo, todo lleno de luces, de millones de tiendas minúsculas y estrechas, tiendas en las partes más altas de los edificios... Y muchas máquinas de gancho, de bolas (gachapon), recreativas en general.
Aprovechamos ya que estábamos por ahí de ir a cenar. Fuimos a una tienda de estas que pagas en una máquina y te da un ticket con lo que has pedido que posteriormente has de dar a la cocinera/camarera. Pues bien, no funcionaba, pero no lo supimos hasta que después de rato de sentirnos tontos un chico nos dijo que no funcionaba. Entonces la cocinera salió, nos hizo señalar lo que queríamos comer y al rato nos lo sirvió en la "mesa" (en principio es autoservicio, pero como somos gaijin pues fue muy amable en hacernos el favor). He de puntualizar que todo el rato nos hablaba en japonés y bueno, que nos sentimos un poco impotentes por no podernos comunicar, pero con señas todos nos entendemos.
Más tarde en Akihabara probé también mis primeros takoyakis. Ay, no hace ni un mes que volví de Japón pero los echo mucho de menos.
Y bueno, después de recorrernos la zona ya era tarde - también hay que tener en cuenta que no dormimos nada la noche anterior ya que estábamos en el avión - y fuimos al hotel a descansar y coger fuerzas para el día siguiente.
Me va a costar mucho estructurar este viaje, ya que fuimos a muchos sitios, vimos muchísimas cosas, pero no de todo hay foto (hay que guardar cosas en la retina siempre que se viaja para disfrutar más).
Así que voy a intentar resumir los días sin dejarme ningún detalle importante... ¡Empezamos!
La ida fue genial. Nosotros salíamos de Mallorca hacia Frankfurt y de Frankfurt a Tokyo (Narita).
Era la primera vez que hacía un viaje tan largo, pero hay que decir que los aviones de Japan Airliness son la mar de espaciosos, el personal muy amable y la comida... Nunca había comido en una avión, pero era true japanese y muy bueno la verdad.
Al llegar y después de pasar los controles rutinarios, cogimos el Narita Express (N'ex) para llegar a la parada de Nihombashi, que era la zona donde teníamos el hotel. Ya solo con los controles y comprar los billetes vimos que el tema inglés... Regulín. Lo hablan con sus sonidos como pueden. Pero bueno, siempre están dispuestos a ayudar os entiendan o no.
En la parada de Nihombashi, antes de salir, compramos la tarjeta Suica, ya que nosotros no cogimos JRpass. Hice mil cálculos de cuánto gastaríamos etc. y una JRpass no nos salía a cuenta. Bendita sea la web de Hiperdia para organizar el viaje. No nos perdimos ni una vez en todo el viaje en una estación.
Una vez hecho el check-in en el hotel de Tokyo, probamos nuestro WiFi Pocket que llegó sano y salvo al hotel. Vaya maravilla de invento, nos funcionó perfectamente todo el viaje y flipamos con la batería, nunca se acabó. Os dejo la web por si os interesa https://www.japan-rail-pass.es/services/pocket-wifi
Ah, y por supuesto, probamos el váter. ¡Ahí todos los váteres tienen chorros! Sean públicos, de restaurantes... Pero no fue con lo único de tema váter que flipé.. Bueno, ya os contaré eso en la siguiente entrada. Pero lo que decía, se puede regular la presión, la dirección, la temperatura... Japón, has conquistado nuestros kokoros con vuestros váteres.
Ya una vez listos, salimos del hotel rumbo a Ginza... Pero aaay amigos, mi sentido de la orientación es nulo y acabamos en Akihabara. Ambas zonas estaban a 20 min andando de nuestro hotel, pero una al norte y otra al sur. ¡Pero no pasa nada! Akihabara era visita obligada, por supuesto.
Como íbamos a casi todo andando porque el hotel estaba muy bien ubicado, descubrimos un pequeño templo al lado de nuestro hotel que era precioso.
Fukutoku Shrine - Tokyo |
La verdad es que era una pasada ver a las meido repartir publicidad con esas voces de personaje shojo, todo lleno de luces, de millones de tiendas minúsculas y estrechas, tiendas en las partes más altas de los edificios... Y muchas máquinas de gancho, de bolas (gachapon), recreativas en general.
Aprovechamos ya que estábamos por ahí de ir a cenar. Fuimos a una tienda de estas que pagas en una máquina y te da un ticket con lo que has pedido que posteriormente has de dar a la cocinera/camarera. Pues bien, no funcionaba, pero no lo supimos hasta que después de rato de sentirnos tontos un chico nos dijo que no funcionaba. Entonces la cocinera salió, nos hizo señalar lo que queríamos comer y al rato nos lo sirvió en la "mesa" (en principio es autoservicio, pero como somos gaijin pues fue muy amable en hacernos el favor). He de puntualizar que todo el rato nos hablaba en japonés y bueno, que nos sentimos un poco impotentes por no podernos comunicar, pero con señas todos nos entendemos.
Más tarde en Akihabara probé también mis primeros takoyakis. Ay, no hace ni un mes que volví de Japón pero los echo mucho de menos.
Y bueno, después de recorrernos la zona ya era tarde - también hay que tener en cuenta que no dormimos nada la noche anterior ya que estábamos en el avión - y fuimos al hotel a descansar y coger fuerzas para el día siguiente.
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