28/6/17

Japón - Tokyo día 5

Este era nuestro último día entero en Tokyo. No teníamos nada pensado para ese día así que fuimos un poco por libre, mirando en la guía cosas que podían resultar interesantes ¡y la verdad es que acertamos!

Empezamos el día yendo al Mercado de Tsukiji (que todavía dura en esta ubicación, ya que está previsto que se traslade a Toyosu).
Pescado fresco, mariscos, cosas... Extrañas, vajillas, restaurantes, gente, gente y gente... Todo eso en unas cuantas calles que conforman uno de los lugares más famosos de Tokyo. Imposible morir de hambre allí. Ahí podréis probar el sushi más fresco (tras hacer bastante cola, todo sea dicho).
Era un sitio al que, en un principio no teníamos pensado ir, pero menos mal que cambiamos de idea. Nos gustó muchísimo, y el ambiente que se respira en el mercado - y no es de pescado, aunque parezca imposible -  es muy agradable.



Creo que este día nos tocó uno de los más soleados y calurosos de nuestra estancia. No lo digo porque me quemase la nuca ni nada... (?) Pero aun así, después de disfrutar del mercado, fuimos dando un paseo hasta el parque Hama- Rikyu. Puede parecer pequeño en el mapa, pero una vez entras ves que es enorme. Es muy bonito, mucho césped, lagos, puestecitos para comer y descansar. Ahí probé los dangos, que soy muy típicos, pero la verdad, no me resultaron nada del otro mundo.



Después de pasar un par de horas en el parque y tras haber visto todo, fuimos un poco sin rumbo dando un paseo por los alrededores.
Entramos en el templo de Tsukiji Honganji (donde había un memorial de Hide), pasamos por un teatro Kabuki, un torturador de pies, diferentes tiendas, parquecitos... ¡Y entramos al Don Quijote! Puedes encontrar de todo, algunos a precios muy bajos y otros normales. La verdad es que es como un todo a cien de toda la vida, versión japonesa, por lo tanto, puedes pasarte mucho rato mirando comida extraña, cosmética que no sabes para que puede ser, juguetes sexuales rarunos... (Aunque ninguna como la tienda erótica de Akihabara donde fuimos este mismo día por la noche. Seguro que alucináis tanto por lo que veis como por las personas de dentro).


Después de toooodo el paseo enorme, fuimos andando hasta el hotel para descansar un poco. Al caer el sol (que en Japón, además, anochece pronto) fuimos a dar un paseo por unos templos que vimos que estaban cerca de nuestra ubicación y, después, a dar una despedida a la tan visitada Akihabara.

Estos templos están en plena ciudad, subiendo unas escaleras asesinas empinadas de la muerte. El lugar es muy tranquilo, muy bonito. El templo en cuestión se llama Kuramae-hashi Dori


Y hasta aquí nuestro penúltimo día en Tokyo... ¡Al día siguiente ya poníamos rumbo a Kyoto!


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