Ahora, los inconvenientes están guardados y expuestos en cuatro paredes.
Donde nadie puede ver que su sonrisa sí es capaz de desvanecerse, dibuja raíces en la tierra.
Su soledad en aquellos lugares no tenía límites.
20/12/09
1/12/09
In-finito
No sé cuándo tengo que parar.
Los límites no están pintados en el suelo, nada me lo marca.
Podrías buscarlos y no rendirte nunca. Estarías así hasta la eternidad.
Podrías buscarlos y morir en su búsqueda, cuando para encontrarlos no tienes más que parar de buscar.
Qué paradoja.
30/11/09
Las palabras se explican a si mismas
Se pueden explicar mil cuentos, mil sucesos, mil vivencias…Una palabra no miente ni se esconde. Nosotros dotamos a ese conjunto con esas características.
Una palabra de algo tangible sólo será cierta si hay un hecho detrás capaz de demostrarla. Por si solas, no valen para explicar el porqué del ser humano u otras tantas cosas que el hombre quiere descubrir. Dan simplemente teorías sin base que evolucionaran a otro saber - a veces.
También, las masas suelen ser las que las guían, porque claro está que todo un grupo de personas se puede poner de acuerdo y dar creencias falsas al inocente creyente.
Ellas mismas me han enseñado que no son de fiar. Una palabra tiene mil maneras de interpretarse, al igual que de mal interpretarse.
Eso no quita el hecho de que, igualmente, sean necesarias.
Sirven para escribir: hechos reales, juegos de metáforas, historias falsas (novelas, cuentos…), explicar cosas sin forma… No siempre buscan transmitir, buscan entretener con sus sonidos. No buscan exactitud. No buscan ser ciencia.
No ha de haber dualidad ciencias-letras. Cada cosa tiene su lugar y su momento. Igual de útiles las dos, siendo más fiables las ciencias que las letras al demostrar, siendo mejor las letras que las ciencias para comunicar.
Las palabras se explican a si mismas; y las ciencias, todo lo demás.
Una palabra de algo tangible sólo será cierta si hay un hecho detrás capaz de demostrarla. Por si solas, no valen para explicar el porqué del ser humano u otras tantas cosas que el hombre quiere descubrir. Dan simplemente teorías sin base que evolucionaran a otro saber - a veces.
También, las masas suelen ser las que las guían, porque claro está que todo un grupo de personas se puede poner de acuerdo y dar creencias falsas al inocente creyente.
Ellas mismas me han enseñado que no son de fiar. Una palabra tiene mil maneras de interpretarse, al igual que de mal interpretarse.
Eso no quita el hecho de que, igualmente, sean necesarias.
Sirven para escribir: hechos reales, juegos de metáforas, historias falsas (novelas, cuentos…), explicar cosas sin forma… No siempre buscan transmitir, buscan entretener con sus sonidos. No buscan exactitud. No buscan ser ciencia.
No ha de haber dualidad ciencias-letras. Cada cosa tiene su lugar y su momento. Igual de útiles las dos, siendo más fiables las ciencias que las letras al demostrar, siendo mejor las letras que las ciencias para comunicar.
Las palabras se explican a si mismas; y las ciencias, todo lo demás.
27/10/09
Cambio climático-emocional
Puestos a abrir la Caja de Pandora, abrámosla del todo.
Mi reflejo permanece empañado, esa abertura ha creado tormentas. Y aun después de haber sido cerrada, permanece la tempestad. Y es que no se calma eternamente si las luces la siguen llamando.
Existen días sin borrascas ni nubes, creadas por el perturbador, y tan instantáneas como vienen, deseas que permanezcan para la eternidad, que no cambie, que siga igual – aunque quieras, en el fondo, que cambie el viento hacia la dirección que tú buscas. -
Los anticiclones no son estables. Tan confusos como la mente humana.
¿Qué le preguntarías al viento? ¿Qué te dirá la Luna cada vez que la mires? ¿Qué entiendes por felicidad?
Y no entiendo al tiempo, no entiendo los suburbios de la mente.
En el fondo, sé que hay calma y que no hay de qué quejarse…que es el viento de años pasados el que sopla con fuerza y mueve lo que debería descansar. Colocan borrascas donde no deberían…y hacen que abra donde duerme el ojo del huracán.
Mi reflejo permanece empañado, esa abertura ha creado tormentas. Y aun después de haber sido cerrada, permanece la tempestad. Y es que no se calma eternamente si las luces la siguen llamando.
Existen días sin borrascas ni nubes, creadas por el perturbador, y tan instantáneas como vienen, deseas que permanezcan para la eternidad, que no cambie, que siga igual – aunque quieras, en el fondo, que cambie el viento hacia la dirección que tú buscas. -
Los anticiclones no son estables. Tan confusos como la mente humana.
¿Qué le preguntarías al viento? ¿Qué te dirá la Luna cada vez que la mires? ¿Qué entiendes por felicidad?
Y no entiendo al tiempo, no entiendo los suburbios de la mente.
En el fondo, sé que hay calma y que no hay de qué quejarse…que es el viento de años pasados el que sopla con fuerza y mueve lo que debería descansar. Colocan borrascas donde no deberían…y hacen que abra donde duerme el ojo del huracán.
19/10/09
Deshacer(me)
Un papel en blanco frente a mí. Frágil, puro e inocente.
Un lápiz en mi mano como arma. Listo para mancillar, martirizar, ensuciarlo.
Yo, mi enemigo.
Consecuentemente, me tendré que afrontar a la realidad.
Escribirla, es iniciar la batalla.
El método para entenderme, para verme, para plasmar y analizar las ideas ilustradas.
Y ahora, son todos tan distintos. Sí, me sigue persiguiendo esa característica tan mía, pero sin la dramatización.
Desapareció.
Veo, entonces, esa realidad tan alejada del mundo que tenía. Esos cuentos que escribía, las malas ideas.
Rabia, ira, tristeza. Agua con sal.
El suelo estaba muchos metros alejado de mis pies, de mis pasos, de mi camino.
Pasado. Vendas, telones, muros…dejarse llevar sin preocupaciones. Acatar las consecuencias.
Qué cercano me sigue pareciendo eso.
Podría comparar. Pero… ¿para qué? Sólo basta observar. Nada es igual, y en el fondo, prácticamente nada cambia.
Presente.
Tuve que partirme en mil pedazos e iniciar el rompecabezas. Un proceso de meses.
Como un fallo en el sistema, errores por tantos lados; tantas cosas buenas bloqueando la salida…
Y aun ahora, el "reseteado" no es perfecto. Tampoco pretendo eso. Me gusta mi imperfección. Mi imperfección presente. Claro está que podría mejorar, pero, hay que resignarse cuando la potencia todavía está lejos. Mi impaciencia nerviosa, paciente.
Y ahora totalmente aplico el manual de vida escrito por la que la vive.
Pero, una vez – por fin – completado el proceso, vi que faltaba una pieza. Antes de empezar a construirme ya estaba prevista esa falta.
Una pieza que no tengo yo.
Paciencia (más, todavía)
Caminando en tierra firme.
Un lápiz en mi mano como arma. Listo para mancillar, martirizar, ensuciarlo.
Yo, mi enemigo.
Consecuentemente, me tendré que afrontar a la realidad.
Escribirla, es iniciar la batalla.
El método para entenderme, para verme, para plasmar y analizar las ideas ilustradas.
Y ahora, son todos tan distintos. Sí, me sigue persiguiendo esa característica tan mía, pero sin la dramatización.
Desapareció.
Veo, entonces, esa realidad tan alejada del mundo que tenía. Esos cuentos que escribía, las malas ideas.
Rabia, ira, tristeza. Agua con sal.
El suelo estaba muchos metros alejado de mis pies, de mis pasos, de mi camino.
Pasado. Vendas, telones, muros…dejarse llevar sin preocupaciones. Acatar las consecuencias.
Qué cercano me sigue pareciendo eso.
Podría comparar. Pero… ¿para qué? Sólo basta observar. Nada es igual, y en el fondo, prácticamente nada cambia.
Presente.
Tuve que partirme en mil pedazos e iniciar el rompecabezas. Un proceso de meses.
Como un fallo en el sistema, errores por tantos lados; tantas cosas buenas bloqueando la salida…
Y aun ahora, el "reseteado" no es perfecto. Tampoco pretendo eso. Me gusta mi imperfección. Mi imperfección presente. Claro está que podría mejorar, pero, hay que resignarse cuando la potencia todavía está lejos. Mi impaciencia nerviosa, paciente.
Y ahora totalmente aplico el manual de vida escrito por la que la vive.
Pero, una vez – por fin – completado el proceso, vi que faltaba una pieza. Antes de empezar a construirme ya estaba prevista esa falta.
Una pieza que no tengo yo.
Paciencia (más, todavía)
Caminando en tierra firme.
18/10/09
Momentos a evitar
¿Has escuchado aquella canción?
Esa en la que los deseos y las ilusiones están latentes. Y aunque el viento siempre choca con fuerza contra ellos, sus raíces son más fuertes.
Con el tiempo, la erosión empieza a hacer efecto sin poderlo evitar, y cada día son más débiles. Intentas fortalecerlas.
Hay días en que lo consigues aún siendo un proceso largo y doloroso.
Llega el final de esa melodía, ¿sigues sintiéndola? El momento donde el sol carga al completo esas energías que parecían desaparecidas. Pero, el mínimo movimiento externo hace arder en rabia e impotencia. Hace que quiera destruirlo todo; de forma incompleta.
La semilla nunca ha llegado a desaparecer.
Si no la has escuchado y oyes algo parecido, apaga la música a tiempo.
Esa en la que los deseos y las ilusiones están latentes. Y aunque el viento siempre choca con fuerza contra ellos, sus raíces son más fuertes.
Con el tiempo, la erosión empieza a hacer efecto sin poderlo evitar, y cada día son más débiles. Intentas fortalecerlas.
Hay días en que lo consigues aún siendo un proceso largo y doloroso.
Llega el final de esa melodía, ¿sigues sintiéndola? El momento donde el sol carga al completo esas energías que parecían desaparecidas. Pero, el mínimo movimiento externo hace arder en rabia e impotencia. Hace que quiera destruirlo todo; de forma incompleta.
La semilla nunca ha llegado a desaparecer.
Si no la has escuchado y oyes algo parecido, apaga la música a tiempo.
2/10/09
El mundo se repite
Haré que el tiempo vaya hacia atrás.
Volveré a aquel escaparate, aquel que un día fue mi casa.
La gente pasará, me observará; pero no se fijarán realmente en mí, mirarán lo que se expone nada más.
Estudiarán y criticarán mi fachada. Me analizarán y creerán conocerme a través de ese cristal que me aparta del mundo.
Que me aísla.
Que me separa de lo que llaman ser humano.
Permanezco quieta, pues creo que así el mundo también parará.
Dejo la mirada perdida. No me interesa ver que hay fuera. Es lo de siempre. Pero, el mundo está en constante movimiento, y un nuevo objeto, ser o divinidad apareció ante mí.
Por primera vez en mucho tiempo, me pude ver reflejada nítidamente.
Por primera vez me vi como la gente me veía, vi como era mi mente.
Por primera vez, vi que no era exactamente como los que me observaban…
Y otra vez, no me sentí igual.
Volveré a aquel escaparate, aquel que un día fue mi casa.
La gente pasará, me observará; pero no se fijarán realmente en mí, mirarán lo que se expone nada más.
Estudiarán y criticarán mi fachada. Me analizarán y creerán conocerme a través de ese cristal que me aparta del mundo.
Que me aísla.
Que me separa de lo que llaman ser humano.
Permanezco quieta, pues creo que así el mundo también parará.
Dejo la mirada perdida. No me interesa ver que hay fuera. Es lo de siempre. Pero, el mundo está en constante movimiento, y un nuevo objeto, ser o divinidad apareció ante mí.
Por primera vez en mucho tiempo, me pude ver reflejada nítidamente.
Por primera vez me vi como la gente me veía, vi como era mi mente.
Por primera vez, vi que no era exactamente como los que me observaban…
Y otra vez, no me sentí igual.
27/9/09
Leyes inacabadas, incomprensibles
Todavía lo recuerdo: yo era condenado sueño y él realidad condenada.
Sueño y realidad, sentenciados a no unirse jamás dentro de prisiones de celofán, donde sólo el sudor los sacará.
Compraste billetes de ida (mental) para mí, yo tengo billetes de permanencia estable para ti.
Aun así, no espero su llegada, espero su regreso, en aquel túnel en el que vimos un comienzo.
Me dejaste con una bala en la mano antes de partir, tú te llevaste la pistola al otro lado. Pólvora y hierro oxidado que deben unirse para funcionar: pero yo sé que de ese túnel, posiblemente, no volverás…
Y es que las promesas no son más que fragmentos de sueños, pegados en las esquinas de la realidad.
Sueño y realidad, sentenciados a no unirse jamás dentro de prisiones de celofán, donde sólo el sudor los sacará.
Compraste billetes de ida (mental) para mí, yo tengo billetes de permanencia estable para ti.
Aun así, no espero su llegada, espero su regreso, en aquel túnel en el que vimos un comienzo.
Me dejaste con una bala en la mano antes de partir, tú te llevaste la pistola al otro lado. Pólvora y hierro oxidado que deben unirse para funcionar: pero yo sé que de ese túnel, posiblemente, no volverás…
Y es que las promesas no son más que fragmentos de sueños, pegados en las esquinas de la realidad.
23/9/09
Empieza por la ceguera y acaba por...
- Veo, veo, ¿qué ves?
- …
- ¿Qué cómo puedo ver lo que ocurre fuera?
Veo, veo… ¿qué ves?
Veo lo que quiero ver.
- Veo que las estaciones pasan sin que lo podamos evitar. Que el otoño ya ha llegado y vestirá el mundo con colores pálidos. Esos colores que tanto me gustan. También soy capaz de ver que las calles están vestidas con una alfombra de hojas que anuncian, sin disimulo, la llegada de los caminantes con su reconocible crujir.
Soy capaz de ver a la gente en sus casas, resguardados de ese frío que día a día se hace notar más.
Puedo ver risas, llantos, accidentes, felicidades, discusiones, nacimientos, muertes…
Mi vista es capaz de llegar a todos los lugares esté donde esté.
Soy capaz de ver a la gente en sus casas, resguardados de ese frío que día a día se hace notar más.
Puedo ver risas, llantos, accidentes, felicidades, discusiones, nacimientos, muertes…
Mi vista es capaz de llegar a todos los lugares esté donde esté.
Este cuarto sin ventanas no es capaz de negarme totalmente la visión del mundo.
- …
- ¿Qué cómo puedo ver lo que ocurre fuera?
Veo, veo… ¿qué ves?
Veo lo que quiero ver.
14/9/09
Existencialismo aparcado
Son de esos días que no pasan constantemente.
Quizá por eso cuando llega uno lo disfrutamos como si fuera la primera vez que sucede, y a la vez, como si fuera el último.
Los últimos días de verano son especiales. El buen tiempo se mantiene; pero el calor poco a poco se ha ido apagando, y de la noche a la mañana es capaz de desaparecer sin dejar ninguna nota de aviso. La ausencia de este hace que notemos una brisa fría que parece provenir directamente del vacío humano.
Es agradable. Todo huele a hierba y tierra mojada, como si acabase de llover; pero afuera todo está seco. Tampoco hay hierba ni tierra, hay civilización e ideas cementadas.
Sentada frente el horizonte, el leve suspiro de la tierra viene acompañado de un dulce olor a sal, consecuencia de estar cerca del mar. Yo también me acompaño, de la soledad, que hace más flemática la estancia en ese lugar.
El frío cala lo más profundo de mis huesos, y mi piel se vuelve de hielo. El viento lleva mis cabellos a un punto de rebeldía, de libertad. Ninguna atadura los podría detener.
Son de esos momentos en que todo te sobra y nada te falta. En que te tienes a ti y a tus sentidos para entrar en contacto con lo que queda de naturaleza. En que tu cabeza, por un día, no quiere pensar ni en lo más simple ni en lo más difícil. Donde los problemas están, pero con este día se ponen a dormir y se anestesian.
Noto que el aire me sigue acariciando mientras cierro los ojos y respiro.
El cambio de tiempo no solamente traerá consigo al otoño.
Quizá por eso cuando llega uno lo disfrutamos como si fuera la primera vez que sucede, y a la vez, como si fuera el último.
Los últimos días de verano son especiales. El buen tiempo se mantiene; pero el calor poco a poco se ha ido apagando, y de la noche a la mañana es capaz de desaparecer sin dejar ninguna nota de aviso. La ausencia de este hace que notemos una brisa fría que parece provenir directamente del vacío humano.
Es agradable. Todo huele a hierba y tierra mojada, como si acabase de llover; pero afuera todo está seco. Tampoco hay hierba ni tierra, hay civilización e ideas cementadas.
Sentada frente el horizonte, el leve suspiro de la tierra viene acompañado de un dulce olor a sal, consecuencia de estar cerca del mar. Yo también me acompaño, de la soledad, que hace más flemática la estancia en ese lugar.
El frío cala lo más profundo de mis huesos, y mi piel se vuelve de hielo. El viento lleva mis cabellos a un punto de rebeldía, de libertad. Ninguna atadura los podría detener.
Son de esos momentos en que todo te sobra y nada te falta. En que te tienes a ti y a tus sentidos para entrar en contacto con lo que queda de naturaleza. En que tu cabeza, por un día, no quiere pensar ni en lo más simple ni en lo más difícil. Donde los problemas están, pero con este día se ponen a dormir y se anestesian.
Noto que el aire me sigue acariciando mientras cierro los ojos y respiro.
El cambio de tiempo no solamente traerá consigo al otoño.
9/9/09
No es el fin del mundo
Siempre le sucedió. Una flor para reflejar su dolor.
Todas las tumbas tenían una flor.
Cuando venía un nuevo inquilino, le daba los papeles del alquiler para que los firmara; mientras, ella iba a buscar la flor para decorar el frío mármol.
Las flores que dejaba siempre eran iguales. Una simbología que hacía que su vida continuase. Pero, a veces esa flor salía distinta y estropeaba la harmonía de todo su mundo entero.
Simplemente por ese desorden, sentía la necesidad de borrarlo todo, de empezar de nuevo. Pero para eso siempre tenía que esperar a despertar y ver un nuevo amanecer.
Mientras, lo que quedase de día, sería abandono y arrepentimiento. Tendría que esperar al mañana para renacer, creerse distinta y no verlo todo sobre sus fuerzas.
Es cierto que hay cosas que no se solucionan el mismo día por mucho que se quiera, pero no hace falta poner señales para arreglarlas. No son de esas heridas ni males que se tapan con una tirita. No hace falta esa perfección, porque así no asimilaría lo que ha hecho mal.
Pasar página, arrancarla para no ver el problema y creerlo solucionado, cuando no ves que así te estás creando uno peor.
Asúmelo, te equivocas.
Aprende, esa planta diferente no es suficiente para ahogarte.
Todas las tumbas tenían una flor.
Cuando venía un nuevo inquilino, le daba los papeles del alquiler para que los firmara; mientras, ella iba a buscar la flor para decorar el frío mármol.
Las flores que dejaba siempre eran iguales. Una simbología que hacía que su vida continuase. Pero, a veces esa flor salía distinta y estropeaba la harmonía de todo su mundo entero.
Simplemente por ese desorden, sentía la necesidad de borrarlo todo, de empezar de nuevo. Pero para eso siempre tenía que esperar a despertar y ver un nuevo amanecer.
Mientras, lo que quedase de día, sería abandono y arrepentimiento. Tendría que esperar al mañana para renacer, creerse distinta y no verlo todo sobre sus fuerzas.
Es cierto que hay cosas que no se solucionan el mismo día por mucho que se quiera, pero no hace falta poner señales para arreglarlas. No son de esas heridas ni males que se tapan con una tirita. No hace falta esa perfección, porque así no asimilaría lo que ha hecho mal.
Pasar página, arrancarla para no ver el problema y creerlo solucionado, cuando no ves que así te estás creando uno peor.
Asúmelo, te equivocas.
Aprende, esa planta diferente no es suficiente para ahogarte.
7/9/09
Las fases: distintas para cada ser
1ª - Dos voluntades, dos pensamientos, dos reacciones, pero sólo una razón.
No lograba entenderlo. Siempre queriendo hacer las situaciones lo más normales posibles. Fingir que nada ha pasado, aunque en su cabeza el viento huracanado no lograse llevarse las frágiles notas de papel.
No hablaba, no pestañeaba...No le salen arrugas alrededor de los ojos al sonreír. No puede mantener esa normalidad que desea si su ser es el primero que no lo hace.
Ese pequeño lugar es fácil de derrumbar.
Cristal dibujado con vaho no cambia el exterior.
2ª - Ya no calla...pero su cara permanece igual.
Se mantenía; pero si volvía a hablar y la lástima de los demás la atacaban, en ocasiones contadas y en la total secritud, las palabras eran sustituidas por gotas de mar.
No lo comprendía. Dosis de dulzura que disparaban la alarma de su castillo medieval. Querer abrir las puertas, pero a la vez, querer cerrarlas. [Indecisión]
Los recuerdos la podrían matar, sobre todo los que con mayor seguridad sabemos o creemos que no volverán a suceder.
3ª - El color del día.
Muestras de cercanía, ni cortas ni prolongadas (solamente el necesario y/o lo que permitan)
Comprensión. El simple hecho de ser escuchada cuando conviene.
El resto del mundo sigue igual, y en el fondo, todos vivimos igual, aunque unos simples hechos pueden hacer que nos parezca diferente.
No le hace falta la lástima, no hace falta que le pregunten e indaguen, porque ella es la primera que quiere gritarlo. Todo acaba saliendo.
No rompáis su normalidad, su estabilidad; ya lo hará ella, pues en un día normal, eso no sucedería.
No forcéis lo oculto.
Ella acudirá cuando muera.
No lograba entenderlo. Siempre queriendo hacer las situaciones lo más normales posibles. Fingir que nada ha pasado, aunque en su cabeza el viento huracanado no lograse llevarse las frágiles notas de papel.
No hablaba, no pestañeaba...No le salen arrugas alrededor de los ojos al sonreír. No puede mantener esa normalidad que desea si su ser es el primero que no lo hace.
Refleja el sol que nace del otro lado y que aún no ha llegado. [Adelanto de los acontecimientos]
Cristal dibujado con vaho no cambia el exterior.
2ª - Ya no calla...pero su cara permanece igual.
Se mantenía; pero si volvía a hablar y la lástima de los demás la atacaban, en ocasiones contadas y en la total secritud, las palabras eran sustituidas por gotas de mar.
No lo comprendía. Dosis de dulzura que disparaban la alarma de su castillo medieval. Querer abrir las puertas, pero a la vez, querer cerrarlas. [Indecisión]
Los recuerdos la podrían matar, sobre todo los que con mayor seguridad sabemos o creemos que no volverán a suceder.
3ª - El color del día.
Muestras de cercanía, ni cortas ni prolongadas (solamente el necesario y/o lo que permitan)
Comprensión. El simple hecho de ser escuchada cuando conviene.
El resto del mundo sigue igual, y en el fondo, todos vivimos igual, aunque unos simples hechos pueden hacer que nos parezca diferente.
No le hace falta la lástima, no hace falta que le pregunten e indaguen, porque ella es la primera que quiere gritarlo. Todo acaba saliendo.
No rompáis su normalidad, su estabilidad; ya lo hará ella, pues en un día normal, eso no sucedería.
No forcéis lo oculto.
Ella acudirá cuando muera.
30/8/09
¿Lllegamos a caer del árbol?
Forma parte de nuestra naturaleza.
Avanzamos de formas distintas, con pasos inconstantes, con tiempos distintos; pero, igualmente, avanzamos de forma limitada. Esto hace que algunos lleguen antes que los demás, otros, que se fuercen a evolucionar y por último, que algunos vivan sin preocuparse. Sea el camino que sea, todos llegamos hasta el “check point” del juicio.
Podemos definir juicio como la capacidad de distinguir el bien del mal, lo verdadero de lo falso. De juicio se compone la madurez.
Junto a este camina la experiencia. A más edad, más vivencias, pero no siempre más sensatez.
La experiencia, por si sola es incapaz de actuar; si no aprendemos lo que nos enseña, nos quedaremos parados.
Nosotros tendemos a que nos repitan las cosas mínimo dos veces, pero a veces (y demasiado a menudo) cometemos el mismo error hasta el día de nuestra muerte. Es algo que está en nuestros genes y que si quisiéramos podríamos controlar. Evitar los tropiezos e ir acorde con los obstáculos que nos pone la vida.
Siempre hay cosas nuevas, retos e inconvenientes. Sucesos que nos hacen ver que nunca llegaremos al final.
Sí, existe la madurez, la que como ya he dicho (aunque no con las mismas palabras), no tiene porque ir acorde con nuestra edad. [Si a una persona de 70 años siempre le han dado y solucionado todo, ¿qué le importa el afrontar las cosas y aprender? Por ejemplo].
Lo que no existe es la madurez final. Jamás llegaremos a serlo del todo. Nunca (acorde con la definición) sabremos ver con total claridad qué o quién nos miente u oculta la verdad. No podemos decir de forma globalizada qué está bien o mal; ahí interviene el pragmatismo. Eso sí, con el tiempo nos equivocaremos menos en las mismas cosas.
En conclusión: la madurez depende del aprendizaje de los errores, de asimilarlos, superarlos y no volverlos a repetir; para que cuando sucedan otra vez – todo vuelve – sepamos solucionarlos con la mayor facilidad.
Relativa conclusión.
Avanzamos de formas distintas, con pasos inconstantes, con tiempos distintos; pero, igualmente, avanzamos de forma limitada. Esto hace que algunos lleguen antes que los demás, otros, que se fuercen a evolucionar y por último, que algunos vivan sin preocuparse. Sea el camino que sea, todos llegamos hasta el “check point” del juicio.
Podemos definir juicio como la capacidad de distinguir el bien del mal, lo verdadero de lo falso. De juicio se compone la madurez.
Junto a este camina la experiencia. A más edad, más vivencias, pero no siempre más sensatez.
La experiencia, por si sola es incapaz de actuar; si no aprendemos lo que nos enseña, nos quedaremos parados.
Nosotros tendemos a que nos repitan las cosas mínimo dos veces, pero a veces (y demasiado a menudo) cometemos el mismo error hasta el día de nuestra muerte. Es algo que está en nuestros genes y que si quisiéramos podríamos controlar. Evitar los tropiezos e ir acorde con los obstáculos que nos pone la vida.
Siempre hay cosas nuevas, retos e inconvenientes. Sucesos que nos hacen ver que nunca llegaremos al final.
Sí, existe la madurez, la que como ya he dicho (aunque no con las mismas palabras), no tiene porque ir acorde con nuestra edad. [Si a una persona de 70 años siempre le han dado y solucionado todo, ¿qué le importa el afrontar las cosas y aprender? Por ejemplo].
Lo que no existe es la madurez final. Jamás llegaremos a serlo del todo. Nunca (acorde con la definición) sabremos ver con total claridad qué o quién nos miente u oculta la verdad. No podemos decir de forma globalizada qué está bien o mal; ahí interviene el pragmatismo. Eso sí, con el tiempo nos equivocaremos menos en las mismas cosas.
En conclusión: la madurez depende del aprendizaje de los errores, de asimilarlos, superarlos y no volverlos a repetir; para que cuando sucedan otra vez – todo vuelve – sepamos solucionarlos con la mayor facilidad.
Relativa conclusión.
25/8/09
Reconocerte la cara en los espejos
Podemos reflejarnos en varios lugares: escaparates, mares, en los ojos de otro ser, en una canción...
Centenares de sitios donde uno puede verse interiormente o de frente; pero ¿y qué pasa con nuestra espalda? Es difícil verla reflejada.
Quienes pueden verla siempre son los demás. Los que observan con mayor claridad cuántas puñaladas llevamos clavadas. Una parte de nosotros que no podemos conocer con facilidad, una parte que no se puede ocultar porque no llegamos.
Mi mundo ha ido mucho tiempo del revés, pues reconozco antes mi espalda masacrada que la cara que refleja mi ser.
A tal situación se llega cuando tu maldita independencia hace que hasta tú reniegues de tus problemas, que TÚ te des la espalda.
Ni ayudas del exterior, ni ayudas del interior. No confiaba en nadie, no confiaba ni en mi mente.
Limpiaba mi espalda con los ojos cerrados, mi espíritu enmugrecía.
Si no te tienes ni a ti mismo, no puedes tener a nadie; por mucho que notes sus presencias.
Ahora sé quien me acompaña a todos lados, quien me acompaña en las soledades, quien nunca me falla: yo.
Nunca he dependido de nadie, ni tan siquiera de mi. Alma desemparada que ha encontrado su cara y su espalda, una totalidad. Alma que no desprecia la confianza en los demás.
Centenares de sitios donde uno puede verse interiormente o de frente; pero ¿y qué pasa con nuestra espalda? Es difícil verla reflejada.
Quienes pueden verla siempre son los demás. Los que observan con mayor claridad cuántas puñaladas llevamos clavadas. Una parte de nosotros que no podemos conocer con facilidad, una parte que no se puede ocultar porque no llegamos.
Mi mundo ha ido mucho tiempo del revés, pues reconozco antes mi espalda masacrada que la cara que refleja mi ser.
A tal situación se llega cuando tu maldita independencia hace que hasta tú reniegues de tus problemas, que TÚ te des la espalda.
Ni ayudas del exterior, ni ayudas del interior. No confiaba en nadie, no confiaba ni en mi mente.
Limpiaba mi espalda con los ojos cerrados, mi espíritu enmugrecía.
Si no te tienes ni a ti mismo, no puedes tener a nadie; por mucho que notes sus presencias.
Ahora sé quien me acompaña a todos lados, quien me acompaña en las soledades, quien nunca me falla: yo.
Nunca he dependido de nadie, ni tan siquiera de mi. Alma desemparada que ha encontrado su cara y su espalda, una totalidad. Alma que no desprecia la confianza en los demás.
24/8/09
De raíz
Fue creciendo, y yo; desapareciendo.
Ocupó el tiesto y las malas hierbas se acabaron haciendo con el reino.
La obsesión y el conocimiento del hecho agravaron la conquista. Sumado al hecho de que las defensas se preocupaban más por aquella intervención, el reino quedó al descubierto.
Allá donde surgen las ideas, dos voces se entrelazaron hasta que una venció. Su reino ha durado dos años.
Aquella débil voz se escondía en sombras, sin súbditos a quien aferrarse; aunque tampoco los buscaba. Y ya lo dicen que a veces las cosas cuando menos las buscas, vienen (o suceden).
Vino una luz esperanzadora, y escalón tras escalón recuperó lo que le pertenecía.
Ahora volvía a ser la voz fuerte que un día fue, y fuerte permanecerá para no volver a caer.
Pero esa otra voz, al caer, se rompió en dos partes. A veces se escucha su eco, y sin darse cuenta ha hecho lo que hacía antes, pero atacando ahora moralmente. Siempre quedan secuelas en algún lado si no se ven todas las partes destruidas.
Esos actos impulsivos, ese alivio que ha de sentir después por la culpabilidad de los instintos, no han desaparecido respecto a los actos involuntarios.
Claro que hay veces que nos sentimos culpables, nadie es frío como el hielo. La culpabilidad en menor medida es parte de todos, de la condición humana; pero si es una culpabilidad tras otra es por buscar la solución rápida, con consecuencia de la satisfacción engañosa; cosa que no sucede con la solución correcta.
Ésta es fácil de reconocer, sólo puede haber una.
Qué cosas, ahora sólo tengo una...
Ocupó el tiesto y las malas hierbas se acabaron haciendo con el reino.
La obsesión y el conocimiento del hecho agravaron la conquista. Sumado al hecho de que las defensas se preocupaban más por aquella intervención, el reino quedó al descubierto.
Allá donde surgen las ideas, dos voces se entrelazaron hasta que una venció. Su reino ha durado dos años.
Aquella débil voz se escondía en sombras, sin súbditos a quien aferrarse; aunque tampoco los buscaba. Y ya lo dicen que a veces las cosas cuando menos las buscas, vienen (o suceden).
Vino una luz esperanzadora, y escalón tras escalón recuperó lo que le pertenecía.
Ahora volvía a ser la voz fuerte que un día fue, y fuerte permanecerá para no volver a caer.
Pero esa otra voz, al caer, se rompió en dos partes. A veces se escucha su eco, y sin darse cuenta ha hecho lo que hacía antes, pero atacando ahora moralmente. Siempre quedan secuelas en algún lado si no se ven todas las partes destruidas.
Esos actos impulsivos, ese alivio que ha de sentir después por la culpabilidad de los instintos, no han desaparecido respecto a los actos involuntarios.
Claro que hay veces que nos sentimos culpables, nadie es frío como el hielo. La culpabilidad en menor medida es parte de todos, de la condición humana; pero si es una culpabilidad tras otra es por buscar la solución rápida, con consecuencia de la satisfacción engañosa; cosa que no sucede con la solución correcta.
Ésta es fácil de reconocer, sólo puede haber una.
Qué cosas, ahora sólo tengo una...
20/8/09
Sueño con no soñar
Y ya lo dijo Nietzsche, que todo vuelve. El eterno retorno.
Creía que para lo material sí servía esa teoría, pero resulta que con lo que no puedes ver también sucede. Nunca vuelve de la misma manera, a veces más débil y otras veces tan intensamente que te destroza por dentro.
Y es ahora cuando veo que el nombre de este blog no tiene pies ni cabeza. Hubo un momento en que a base de hechos reales desaparecía. A llegado el momento en que he comprobado que en el fondo nunca se fue, simplemente le corté las alas y no le permití soñar a más de un metro del suelo; y aun a tan poca distancia el choque ha provocado movimientos sísmicos.
Dicen también, que el karma te devuelve los actos malos que has hecho. Yo he debido ser el mismísimo Satanás.
Creía que para lo material sí servía esa teoría, pero resulta que con lo que no puedes ver también sucede. Nunca vuelve de la misma manera, a veces más débil y otras veces tan intensamente que te destroza por dentro.
Y es ahora cuando veo que el nombre de este blog no tiene pies ni cabeza. Hubo un momento en que a base de hechos reales desaparecía. A llegado el momento en que he comprobado que en el fondo nunca se fue, simplemente le corté las alas y no le permití soñar a más de un metro del suelo; y aun a tan poca distancia el choque ha provocado movimientos sísmicos.
Dicen también, que el karma te devuelve los actos malos que has hecho. Yo he debido ser el mismísimo Satanás.
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